Rezando con los iconos

"Así como la lectura de los libros materiales permite la comprensión de la palabra viva del Señor, del mismo modo el icono permite acceder, a través de la vista, a los misterios de la salvación" (Juan Pablo II, Duodecimum saeculum).

Las fiestas marianas

Las fiestas dedicadas a la Virgen...

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1.-INTRODUCCION

 Las fiestas marianas que contempla el año litúrgico se han ido incorporando al mismo a medida que la veneración de los fieles iba consolidando la tradición apostólica e incorporándola al sensum fidei”y y el pueblo de Dios la unía al sensum fidei de la Iglesia.
La mayoría de las fiestas marianas son compartidas por las liturgias católica y ortodoxa, en especial las que se consolidaron en el primer milenio, como son las siete primeras de la relación siguiente y que, por ello, han sido expresados en iconos de corte bizantino.
Prácticamente, la totalidad de las manifestaciones que el Nuevo Testamento hace sobre la Virgen, tan escasas por otra parte, tienen alguna manifestación festiva. Además, la devoción de los fieles no deja olvidada aquellas que son atribuidas a la Virgen en los medios apócrifos o en las tradiciones.

En la tabla siguiente pueden seguirse, por orden de sucesión en la vida de la Virgen, los eventos históricos que tienen festividad y memoria litúrgica.

2.- Tabla con las fiestas marianas

  HECHO DE LA VIDA DE MARÍA FIESTA ROMANA FIESTA ORTODOXA
       
1. Concepción Inmaculada 8 de diciembre 9 de diciembre
2. Nacimiento 8 de septiembre 8 de septiembre
3. Entrada al servicio del Templo 21 de noviembre 21 de noviembre
4. Matrimonio con José    
5. Anunciación 25 de marzo 25 de marzo
6. Visitación 31 de mayo 31 de mayo
7. Natividad de Jesús 25 de diciembre 26 de diciembre
8. Maternidad virginal: Madre de Dios 1 de enero 1 de enero
9. Presentación de Jesús en el Templo 2 de febrero 2 de febrero
10. Huida a Egipto    
11. Regreso a Nazaret    
12. Jesús perdido y hallado en el templo    
13. Las Bodas de Caná    
14. Pasión de Jesús SEMANA SANTA SEMANA SANTA
15. Crucifixión    
16. Deposición de la cruz    
17. Resurrección    
18. Pentecostés    
19. Aparición a Santiago en Zaragoza    
20. Dormición 15 de agosto 15 de agosto
21. Asunción 15 de agosto 15 de agosto
22. Coronación    
23. Reina del Cielo 22 de agosto 22 de agosto
24. Mujer del Apocalipsis    
       

2.1.-Clasificación según nivel litúrgico

D. Ramón de la  CAMPA CARMONA, en su trabajo LAS FIESTAS DE LA VIRGEN EN EL AÑO LITÚRGICO CATÓLICO, brinda una exhaustiva clasificación de las fiestas existentes en España, que ofrecemos como muestra de la honda religiosidad mariana existente en el pueblo español.
 
FIESTAS MEMORIALES
Purificación de Nuestra Señora (dos de febrero)
Anunciación (veinticinco de marzo)
Anunciación (veinticinco de marzo)
Asunción de María (quince de agosto)
Natividad de María (ocho de septiembre)
Presentación de María en el Templo (veintiuno de noviembre)
Inmaculada Concepción (ocho de diciembre)
 
DOGMÁTICAS Y TEOLÓGICAS
  Santa María, Madre de Dios (uno de enero)
Santa María, Reina (veintidós de agosto)
 
DEVOCIONALES
Santa María en sábado Nuestra Señora de Lourdes (once de febrero)
Viernes de Dolores (viernes de la IV semana de cuaresma)
Nuestra Señora de Fátima (13 de mayo)
Inmaculado Corazón de María (Sábado posterior al Corazón de Jesús)
Nuestra Señora del Carmen (dieciséis de julio)
Dedicación de la Basílica Santa María la Mayor (cinco de agosto)
Dulcísimo Nombre María (12 de septiembre)
Dolores de María (15 de septiembre)
Nuestra Señora de las Mercedes (24 de septiembre)
Nuestra Señora del Rosario (7 de octubre)
Aparición de la Medalla Milagrosa (veintisiete de noviembre)
Nuestra Señora de Guadalupe (doce de diciembre)
 
APÉNDICE I. PROPIO DE ESPAÑA
Nuestra Señora de Montserrat (27 de abril)
La Virgen María, Mediadora de todas las Gracias (8 de mayo)
Nuestra Señora del Pilar (doce de octubre)
Patrocinio de Nuestra Señora (segundo domingo de noviembre)
Expectación del Parto (dieciocho de diciembre)
 
APÉNDICE II. FIESTAS DE CALENDARIOS PARTICULARES
Nuestra Señora, Reina de la Paz (veinticuatro de enero)
Desposorios de Santa María Virgen (veintitrés de enero)
Nuestra Señora de Gracia (ocho de mayo)
María Auxiliadora (veinticuatro de mayo)
María, Madre del Buen Pastor (Sábado anterior al IV Domingo de Pascua)
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (veintisiete de junio)
Nuestra Señora de los Ángeles (dos de agosto)
Nuestra Señora de Consolación (cuatro de septiembre)
 
(RAMÓN DE LA CAMPA CARMONA, LAS FIESTAS DE LA VIRGEN EN EL AÑO LITÚRGICO CATÓLICO)

3.-Las fiestas marianas

1.Concepción Inmaculada
La solemnidad de la Inmaculada Virgen María hace memoria gozosa de su concepción milagrosa. Ha sido creada a partir de la declaración del dogma de la Inmaculada Concepción, en 1854.

La Iglesia celebra la fiesta el día 8 de septiembre, justo al octavo día de comenzar el año litúrgico bizantino, trayendo a nuestra consideración el octavo día de la Creación, que sigue a los seis días de trabajo creador y al séptimo del descanso. El octavo día es el día de la Resurrección, el día sin ocaso. Ocho son, también, los lados de la fuente bautismal donde el catecúmeno nace a la vida eterna.

2. Nacimientode la Virgen

Son las palabras de san Pablo a los efesios quien señala el contexto en el que se encuadra el nacimiento de la Virgen María.

"Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo….
. dándonos a conocer el misterio de su voluntad: el plan que había proyectado realizar por Cristo, en la plenitud de los tiempos: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra".
(Cfr. Ef 1, 3-10)

Estamos, pues, en el comienzo de “la plenitud de los tiempos” y es llegado el momento de Jesucristo, el momento de la acción del Verbo en el plan de salvación. Por eso, el nacimiento de la Virgen María, la Madre de Jesucristo, no fue un evento ordinario, uno más dentro del orden normal de la providencia sobre el mundo.

3. Entrada al servicio del Templo
El Templo es la habitación de Dios entre los hombres. La construcción del Templo fue el sueño de David y el gran logro de Salomón, que lo inauguró diciendo: “He querido erigirte una casa para morada tuya, un lugar donde habites para siempre” (1Re 8, 13).

El pueblo de Israel tenía siempre presente el Templo en sus oraciones y el buen israelita peregrinaba al Templo para encontrarse con su Dios:
"Pero el Señor está en su templo santo,
el Señor tiene su trono en el cielo"
(sal 10).
 

La devoción hacia la madre de Jesús llevó a ver en ella la realidad de los lugares teofánicos del AT y, así, pronto fue cantada como la zarza ardiente de Moisés, el Arca de la Alianza, el Monte Sion… La Iglesia oriental alabó a María como templo, santuario, palacio, morada, relicario, y tabernáculo que, por su pureza, era digna de ser habitáculo divino; tal como se expresó en homilías, oraciones, himnos y rezos diversos.

La salida del Templo por razones de edad va seguida de su matrimonio con José, un casto varón elegido para la protección de María y de su voto de permanencia virgen al servicio de Dios. 
 

El conocido desarrollo de la escena nos permite saber que Dios tiene un plan para la humanidad que precisa tanto del concurso de María, la doncella de Nazaret, como de su aquiescencia informada. Las palabras de Gabriel, del heraldo divino, lo dan a conocer. El Arcángel San Gabriel se presenta en el camarín de la Virgen para trasmitir, como los antiguos heraldos medievales, las instrucciones de su señor. 

"El ángel, entrando en su presencia, dijo:
"Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo"

Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:
"No temas María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús".
 
Gracias al «sí» de Cristo y de María, Dios pudo asumir un rostro de hombre (Benedicto XVI, 25 marzo 2007).
 

La Virgen con los apóstoles en PentecostésMaría, llevando en su seno a Jesús recién concebido, va a casa de su anciana prima Isabel, a la que todos consideraban estéril y que, en cambio, había llegado al sexto mes de una gestación donada por Dios. Es una muchacha joven, pero no tiene miedo, porque Dios está con ella, dentro de ella. En cierto modo, podemos decir que su viaje fue la primera «procesión eucarística» de la historia. María, sagrario vivo del Dios encarnado, es el Arca de la alianza, en la que el Señor visitó y redimió a su pueblo. La presencia de Jesús la colma del Espíritu Santo. Cuando entra en la casa de Isabel, su saludo rebosa de gracia: Juan salta de alegría en el seno de su madre, como percibiendo la llegada de Aquel a quien un día deberá anunciar a Israel. Exultan los hijos, exultan las madres. Este encuentro, impregnado de la alegría del Espíritu, encuentra su expresión en el cántico del Magníficat.

¿No es esta también la alegría de la Iglesia, que acoge sin cesar a Cristo en la santa Eucaristía y lo lleva al mundo con el testimonio de la caridad activa, llena de fe y de esperanza? Sí, acoger a Jesús y llevarlo a los demás es la verdadera alegría del cristiano. Queridos hermanos y hermanas, sigamos e imitemos a María, un alma profundamente eucarística, y toda nuestra vida podrá transformarse en un Magníficat, en una alabanza de Dios.

Aun siendo innegable la trascendencia del Nacimiento de Cristo en la historia de la Virgen María (todas las gracias recibidas por ella lo han sido en previsión de parir a Jesús o como consecuencia de ello, suceso que la convierte en Theotokos, en Madre de Dios) esta solemnidad la hemos preferido situar dentro de los Misterios de la Vida de Cristo, por encuadrarse mejor allí desde el punto de vista de la Historia de la Salvación.

La fiesta del Nacimiento del Señor celebra la entrada de Jesús en la historia de la humanidad, es el pórtico que abre el mundo al Dios que se hace hombre. Él es el protagonista indiscutible de ese día que el mundo cristiano conmemora con unánime alegría.

 

La decisión conciliar  de llamar a la Virgen María “Theotokos”, Madre de Dios, fue acogida con entusiasmo callejero por el pueblo cristiano. Una manifestación grandiosa  se organizó para proclamar el dogma tan arraigado en el alma popular. Miles de voces cantaban el nombre bendito: ¡Hyperaguía Theotóke, sóson imas!¡Santísima Madre de Dios, sálvanos!

Theotokos(en griego: Θεοτόκος; en latín:Deipara o Dei genetrix) significa Madre de Dios, en griego. Es un título cristiano universal desde que el Concilio de Éfeso, de 431, en referencia a su maternidad divina decidiera que

Porque no nació primeramente un hombre vulgar, de la santa Virgen, y luego descendió sobre Él el Verbo; sino que, unido desde el seno materno, se dice que se sometió a nacimiento carnal, como quien hace suyo el nacimiento de la propia carne... De esta manera [los Santos Padres] no tuvieron inconveniente en llamar madre de Dios a la santa Virgen."  (Denzinger, 111)

9. Presentación de Jesús en el Templo
Los protagonistas visibles de la Fiesta en la liturgia, de acuerdo, por otro lado, a la misma perspectiva evangélica son el Niño y su Madre María, y los ancianos Simeón y Ana. Simeón y Ana son la Iglesia que recibe al Señor que entra en su Templo Santo, si bien la escena – como notábamos – se desarrolla fuera del Templo. Es otra área espiritual la que ha inaugurado Jesús con su venida. José queda en la penumbra.

Los iconos de Oriente que en este día ven una de las doce grandes Fiestas del año nos presentan, en sus luces de oro, estas figuras que transmiten el mensaje del misterio revelado: presentación y encuentro.

14 Pasión de Jesús (página en construcción)

15. Crucifixión del Señor

16 Deposición de la cruz 
(página en construcción)

17. La resurrección del Señor

18. Pentecostés

19 Aparición a Santiago en Zaragoza (página en construcción)


20-21.-Dormición-Asunción de la Virgen
La escena que dibuja el icono la “Dormición de la Virgen” es el tránsito de la Madre de Dios al dejar esta tierra. Es una escena que parece tener de protagonista a la muerte. El cuerpo horizontal reflejando la rigidez última; el catafalco ricamente ornado; los espectadores con gestos doloridos; todo el conjunto hace recordar una liturgia funeraria. Siendo la muerte el motivo del icono, la figuración general no es la propia de la época: no hay descenso del alma al Hades, como podía esperarse de un judío, ni liberación de la misma al estilo platónico.
Ni siquiera la subida del alma de la Virgen es el motivo principal del dibujo. Por el contrario, Cristo baja a la tierra y reclama el protagonismo que se debe al personaje que ocupa el lugar central. Cristo, sosteniendo una niña vestida como si estuviera amortajada con vendas blancas, recuerda de forma irresistible el icono de la Natividad del Señor, pero con la figuración invertida: allí era la Virgen el personaje central, y el niño Jesús el que aparecía con estas mortajas blancas.

En Occidente llamamos a esta fiesta la Asunción, que presenta una bella simetría entre la ascensión de Cristo que sube a los cielos y el misterio de la virgen que es subida a los cielos. Cristo con su propio poder. La Virgen por gracia de su Hijo.

22.-23. Coronación-Reina del Cielo
Pocas cosas hay en la Iglesia Católica tan unánime extendidas y aceptadas por el pueblo cristiano como la veneración a María Santísima. No hay nación, capital, pueblo, familia que no tenga en su historia o en sus leyendas seculares alguna intervención milagrosa en su favor de la Virgen.

El título "Reina del Cielo" ha sido durante mucho tiempo una tradición católica, incluida en las oraciones y la literatura religiosa, y fue visto en el arte occidental en el contexto de la coronación de la Virgen en la Edad Media, mucho antes de que se le diera una definición formal por la iglesia.

24. Mujer del Apocalipsis  (página en construcción)

4.-Oración

Dios te salve, María,
llena eres de Gracia,
el Señor es contigo,
bendita tú eres
entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre.
Jesús.

Santa María, madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora
de nuestra muerta.
Amén
 

5.-Galería