Rezando con los iconos

"Así como la lectura de los libros materiales permite la comprensión de la palabra viva del Señor, del mismo modo el icono permite acceder, a través de la vista, a los misterios de la salvación" (Juan Pablo II, Duodecimum saeculum).

Cómo leer un icono

Icono del Juicio Final. Solvychegodsk, siglo XVI

 

1.-INTRODUCCION

El espectador mínimamente religioso siente, cuando se situa ante un icono, que se coloca ante un mundo divino, sin abandonar este mundo terrenal. Siente que se encuentra al borde de dos mundos: arriba, un mundo divino; debajo, un mundo terrenal.

Es una situación difícil para él, porque desde hace muchos siglos la atención del hombre se centró en en el mundo, en lo creado, con olvido de Dios, y “el icono es una ventana abierta a lo divino”. Su problema lo anunciaba ya san Pablo, pues

“el hombre natural no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le parece una necedad; no es capaz de percibirlo, porque solo se puede juzgar con el criterio del Espíritu".(1Co 2, 14)

"habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como Dios, y no lo agradecieron, sino que desaparecieron en su mentalidad ... y cambiaron la gloria del Dios imperecedero en una imagen similar al hombre y los pájaros corruptible". y cuatro patas y reptiles ... reemplazaron la verdad con una mentira y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador ”(1 Cor. 1: 21-25).

"Dos mundos, visible e invisible, este mundo y el reino de los cielos, son tan fundamentalmente diferentes entre sí que su encuentro directo es imposible. El icono (natural, verbal, gráfico) es una condición necesaria para la posibilidad misma de la teología de Dios y la comunión con Dios. La energía divina se manifiesta a través del icono, desciende al hombre y luego lo lleva al Pototipo. El ícono es el fruto y la fuente de la Teología de Dios no verbal y no conceptual".(Tomado de https://azbyka.ru/funkcii-ikony-ikona-i-obraz)

Si para justificarnos la extrañeza ante el icono, lo identificáramos como una expresión de la identidad religiosa rusa –sociedad que también nos cae un tanto distante- no cometeríamos un error muy grande. En especial si esa simplificación sirve para comprender mejor esa confusión que siente el hombre occidental ante un icono bizantino.

Es fácil que conozcamos a Tolstoi y a Dostoyesky y que hayamos leído a Lope de Vega y resto de clásico españoles, cuyos escritos describen nuestro mundo como realidad intermedia que transita a otra realidad, mundo donde siempre Dios está presente. Nada semejante podemos encontrar en la literatura moderna occidental.

Pues bien, este sentimiento “icónico” del mundo, como un reflejo de otra realidad superior, atraviesa toda la cultura rusa heredada de Bizancio. En el siglo de oro de la pintura rusa la percepción de lo icónico era la base general de la cultura, y era accesible tanto para el simple campesino como para el aristócrata intelectual.

El problema del hombre occidental ante un icono es que éste le habla en un lenguaje que nadie le ha enseñado. Situado ante el icono, este espectador mínimamente religioso siente que.

1. .-El icono dirige su atención a Dios Padre, a través de la imagen que se nos ha dado: la de Jesucristo, Hijo Encarnado de Dios. La veneración del icono es la adoración de Jesucristo a través de la imagen de sus testigo cualificados. El ícono es una señal de su presencia.

2. .-La tabla le trasmite una cierta sensación de belleza, de estilo naïf, que no se siente capaz de definir. Y ello, porque la estética del icono es una aproximación a la divinidad a través de uno de sus trascendentales, la belleza, es también un adelanto del reino futuro, aún con esa insuficiencia propia de lo que ya está, pero todavía no, tal como se veía en el milagro de Jesús sobre el ciego de Betsaida: “Llegaron a Betsaida. Y le trajeron a un ciego pidiéndole que lo tocase. Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: «¿Ves algo?». Levantando los ojos dijo: «Veo hombres, me parecen árboles, pero andan».(Mc 8, 22-25)

i. Quizás por ello Pável Florensky argumentó que "un icono tiene como fin conducir la conciencia al mundo espiritual, de mostrar espectáculos misteriosos y sobrenaturales" (P. FLORENSKI, El iconostasio, pág. 71)
ii. El icono es, antes que nada, una imagen sagrada, ante la cual nos paramos en oración; es como una experiencia de la vida de los santos, que está expresada con luz y color. Es también una obra de arte que nos transmite el ideal de belleza de nuestros antepasados.

3. .-Reconoce en el icono, a pesar de la extrañeza general, ciertas imágenes y atributos de las figuras, algunas tradiciones olvidadas, como la palma en los mátires, la ternura de la Virgen, la majestad del Pantocrátor…

2. PERSPECTIVA Y DIRECCIÓN.

Andrei Rublev. La trinidad, años 1425-1427 . Galería Tretyakov

Una primera regla de la escritura iconográfica es comprender la perspectiva con que está dibujada la figuración. En el dibujo, la perspectiva lineal establece unas reglas que crean la ilusión de profundidad espacial en una imagen plana. En esencia, dibuja la proyección de los objetos reales en el plano del lienzo desde el punto donde se encuentra el ojo del observador, punto que se conoce como “punto de fuga”. La técnica propia del renacimiento occidental coloca a este punto de fugar detrás del cuadro, de manera que éste se abre sobre el espectador.

2.1.-La perspectiva inversa

Si el estilo horizontal de la pintura coloca el punto de fuga del dibujo detrás del cuadro, de manera que éste se abre hacia la espalda del observador, el icono coloca el punto de fuga delante de la tablilla, en el propio observador, de manera que el cuadro abre el infinito delante del espectador. A este estilo se le conoce como perspectiva inversa.

Nótese que la perspectiva inversa aumenta el tamaño aparente de los objetos a medida que éstos están más alejados, justamente al revés de como estamos aconstumbrados en Occidente a contemplar la pintura. Tal técnica es característica de la pintura de iconos rusos y bizantinos antiguos.

 

En “La Trinidad”, de Rublev, la mesa en la que los ángeles se sientan en los íconos de la Trinidad y el escabel donde los ángeles laterales colocan sus pies muestran claramente la perspectiva inversa con que están dibujados.

 

2.2. Derecha e izquierda

Juicio final Fragmento del icono. Escuela Novgorod, siglo XVI. Galería TretyakovJuicio final Fragmento del icono. Escuela Novgorod, siglo XVI. Galería Tretyakov

Cuando estamos delante de una pintura o de un escenario teatral, acostumbramos a referir las situaciones de derecha e izquierda de las figuras del cuadro, según los lados del espectador y, si nos hemos fijado, así se advierte en las descripciones de los decorados en las obras de teatro.

Pero no ocurre así en el icono, que se escribe desde un punto de vista –un “punto de fuga”- diferente. Los lados derecho e izquierdo del relato son los correspondientes a la figura representada. Así, en el “Juicio final”, los justos, que se situan a la derecha de Cristo, aparecen a la izquierda del espectador.

Este estar situado a la derecha o izquierda del personaje principal señala también la jerarquía del representado. Siempre a la derecha quien es primero en dicha jerarquía. Por ejemplo, la Virgen María aparece siempre a la derecha de su hijo (izquierda del espectador), como puede verse en la multitud de iconos sobre la crucifixión o en el rango Deesis de los iconostasios.

2.3. En el interior

El pintor de iconos emplea determinados elemento arquitectónico (techo, dosel, lienzo…) sobre la cabeza del personaje representado para indicar que la acción tiene lugar en el espacio interior. Los principales eventos que tienen lugar con el personaje principal se muestran en grande, detallados, en el centro de la composición. El mismo mensaje se emite colocando al peronaje principal en un marco simbólico, por ejemplo, en los iconos de la presentación del Niño en el Templo. 

2.4. El barrido

"Exaltación de la Cruz del Señor",

 

 

 

A menudo el pintor de iconos representa construcciones con una vista desde la que se pueda ver todo el edificio, con una perspectiva imposible de obtener en la práctica. Ocurre cuando el artista muestra simultáneamente diferentes lados del edificio, que solo es posible ver al caminar alrededor de él.

Un ejemplo se tiene en el ícono del siglo XVI. "Exaltación de la Cruz del Señor", donde el templo ubicado en el fondo se despliega de tal manera que las cinco cúpulas de la catedral y sus correspondientes estructuras inferiores son visibles a la vez.

 

 

 

2.5.- Dos espacios diferentes

Theophanes el griego_Icono de la  "Asunción", aprox. 1392 No es raro que en el icono se representen eventos que ocurren tanto en el mundo real como en el místico, como puede verse en el icono de la Asunción de la Virgen.

Dos escenas se representan simultáneamente en el icono: la muerte-dormición de la Virgen María rodeada por los apóstoles, y la acogida de su alma por Cristo.

El artista divide el plano de la imagen en dos partes para representar estos dos eventos al mismo tiempo, usando el método de las secciones. El límite de los dos mundos es una franja azul, que separa el cielo, representado por el fondo dorado, del fondo azul oscuro del espacio donde se encuentra Cristo. Este espacio de Cristo permanece invisible para todos los que se encuentran en el mundo visible alrededor del lecho de la Virgen María. Por ello, los ojos de todos están fijos en ella, y nadie mira a Cristo, que se encuentra en el mundo invisible. Las mayores dimensiones de la figura de Cristo pone énfasis en su pertenencia a un espacio místico diferente de aquél en que se encuentran los otros personajes.

Theophanes el griego, icono de la  "Asunción", aprox. 1392 .

 

   

Icono de san Juan Bautista

 

 

 

Otro ejemplo podemos contemplar en el ícono "Juan el Bautista" , que representa a Juan el Bautista ofreciendo oraciones en el desierto. En la esquina superior derecha de la tablilla, una mano que bendice al precursor se encuentra en otro mundo diferente, representado por un fondo de color verde.

La frontera entre los dos mundos está indicada por una línea de color.

"Juan el Bautista", finales del siglo XV., Catedral de Santa Sofía, Novgorod

 

 

 

2.6.-Dos tiempos diferentes

"Decapitación de Juan el Bautista"

 

 

 

 

 

 

 

Como ejemplo típico de movimiento en el tiempo, se puede citar la composición del icono "Decapitación de Juan el Bautista", donde se muestra dos veces la cabeza del Bautista, en diferentes momentos.

 

 

Decapitación de Juan el Bautista

 

 

3.-CÓMO EMPEZAR A LEER

A semejanza de la ascesis del monje, que se eleva del mundo terrenal al mundo invisible espiritual, los iconos deben leerse de abajo hacia arriba, como si, buscando una teofanía, se elevaran del llano a la montaña.

Los santos se representan a menudo de pie, sobre la tierra, mientras a través de su forma de vida buscan llegar al cielo. No es raro encontrar en la parte inferior del icono atributos importantes, detalles de la vida de los santos, que no llaman la atención al principio, pero que son sumamente reveladores al contemplar la imagen en su totalidad.

Al comenzar nuestra lectura del icono debemos fijarnos incluso en el borde del tablero, verdadera frontera entre nuestro mundo y el mundo representado en el icono, el espiritual. Este borde se llama "cáscara”, y simboliza el límite entre los mundos visible e invisible. Es frecuente señalarlo con una línea roja, el color de la sangre, símbolo de lo que se ha pagado para poder franquear el paso entre los dos mundos.

4. ATENCIÓN AL FONDO

San_Panteleón_SXIII_Monasterio-santa Catalina_Sinaí-EgiptoViendo la meticulosidad en el trabajo del iconógrafo, es fácil aceptar que no hay un solo milímetro de la imagen que no exprese simbólicamente algo. El fondo no es una excepción.

 

San_Pantaleón_SXIII_Monasterio-santa Catalina_Sinaí-Egipto

El fondo del clásico icono bizantino es dorado. Como se dice en el apartado que examina el simbolismo de los colores, el oro es a la vez color y luz al mismo tiempo. El oro es signo de la gloria divina y un símbolo de la Jerusalén celestial. No es sin causa que entre los regalos que los magos presentan al niño nacido en Belén, el oro es citado en primer lugar, como emblema de la dignidad real del niño, y como un símbolo de su naturaleza divina.
También, como el oro no cambia de color es signo de la eternidad.
Con el oro probado en el crisol, la Escritura compara la fe de los que serán salvados en los últimos días:
“así la autenticidad de vuestra fe, más preciosa que el oro,  que, aunque es perecedero, se aquilata a fuego, merecerá premio, gloria y honor en la revelación de Jesucristo" (1Pe 1, 7)

 

En los iconos de los santos a veces se representa el lugar de sus vidas y hechos. Por ejemplo, María de Egipto está representada en el fondo del desierto.

 Santa María de Egipto

 

 

 

 

Santa María de Egipto

 

 

 

 

 

 

 

5. ENTENDIENDO LAS FIGURAS

El artista bizantino no pinta la naturaleza, sean personas, objetos o paisajes, tal como la naturaleza parece presentarlos. Su talento creador no está interesado en el mundo visible o, dicho de otro modo, no busca la fotografía en su trabajo. Los objetos no están en la tablilla por su belleza o la singularidad de su forma, sino como signos portadores de significado, como símbolos artísticos conocidos por los destinatarios del icono, es decir, por el pueblo creyente que participa en la liturgia.

Por eso la figuración presenta objetos deformados. Los objetos inanimados: montañas, árboles, arquitectura, detalles interiores, etc. sufren importantes deformaciones siempre mayores que las las que observamos en las figuras humanas. Esta disposición artística está originada por la disposición antropocéntrica que en todo lo creado tiene la cosmovisión cristiana del universo y que informa el canon iconográfico.

5.1. Entendiendo las figuras inanimadas

Las figuras, como regla, están representadas por montañas, arboledas, un río (en el bautismo), edificios diversos, como casa y templos, un velo que los conecta. Dentro del hogar, el artista dibuja sillones (tronos), mesas, camas, pies, un libro, un rollo, un pergamino, tazas o jofainas, etc.

.-El roble es el árbol de la vida
.-La casa es un símbolo de construcción de viviendas, creación.
.-La montaña es un símbolo de lo sublime, un signo de ascenso espiritual y moral.
.-La cruz es un símbolo de martirio (y renacimiento).
.-La flor de anémona es un signo de tristeza para María, la madre de Cristo (generalmente en los íconos "Crucifixión" y "Descendimiento de la cruz").
.-El bastón de un ángel es un símbolo del mensajero celestial, el mensajero.
.-El pelícano es un símbolo de amor a los niños.
.-La corona de oro es un símbolo de victoria espiritual.
.-Dos o tres árboles : simbolizan el bosque.
.-Un rayo de las esferas celestiales es un símbolo del Espíritu Santo, la energía Divina, que realiza el milagro de la encarnación de lo Divino en el hombre.
.-Cruz de oro, ancla y corazón - significa fe, esperanza y amor.
.-El libro es el espíritu de la sabiduría.
.-Candelabro de oro : el espíritu de la mente.
.-El Evangelio es el espíritu del consejo.
.-Siete cuernos de oro : el espíritu de la fortaleza.
.-Siete estrellas doradas es el espíritu del conocimiento.
.-Flechas de trueno : el espíritu del temor de Dios.
.-Corona de laurel : el espíritu de la alegría.
 

5.2. Entendiendo las figuras geométricas

Figuras geométricasEn su mayoría los iconos están escritos como si, al iniciar el artista sus trabajos con los pinceles, comenzara dibujando una trama con figuras geométricas que fijaran la situación de los grandes motivos que se van a figurar en el icono.

Estas figuras son el círculo o su óvalo, la elipse; un cuadrado o el rombo correspondiente; el rectángulo; y, en general, las composiciones que se pueden hacer entre ellos. Como todo en el icono, las figuras o sus composiciones tienen valos simbólico y frecuentemente claramente teofánico.

En la figura adjunta fácilmente vemos las plantillas de los conocidos iconos de “La Trinidad”, con el círculo de las cabezas de los ángeles; “Cristo en Majestad”,con la mandorla y el rombo simbolizando la doble naturaleza divina y humana de Cristo; y “La Transfiguración” con los ocho vértices simbolizando los rayos de luz que salen del cuerpo de Jesús, en la escena del Tabor.

 figuras geometricas

Más concretamente, las diversas líneas geométricas simbolizan:

Icono de la Virgen "Se regocija en ti"

El Círculo: una figura geométrica, sin aristas ni vértices o esquinas, simboliza con su perfección la plenitud del ser. Evoca la perfección, la indiferencia, la eternidad, el cielo. Llega también a ser signo de la divinidad misma.

El círculo es una figura omnipresente en la pintura de iconos. Su perfección geométrica simboliza la eternidad. Véanse los círculos que aparecen en el conocido icono de el “Juicio final”

 

El triángulo equilátero, “simboliza la divinidad, la armonía y la perfección”.

Un cuadrado o un rectángulo, por oposición al círculo significa el universo creado, limitado y estable. Símbolo de la tierra y el hecho de que la acción figurada se desarrolla abierta a las cuatro direcciones del mundo.

Hexágono, octógono, etc. soportan el simbolismo de los números que representan: seis, ocho, etc.

La corona circular, se utiliza para los nimbus o halos que coronan la cabeza de los santos. Ver tambien “mandorla”

 

Salvador Todopoderoso. Mosaico 1043-1046 en la Catedral de Santa Sofía, en Kiev.

 

 

 

Medallón, es la figura redonda que aparece en algunos iconos de Cristo conteniendo su resplandor


Salvador Todopoderoso. Mosaico 1043-1046 en la Catedral de Santa Sofía en Kiev.

 

 

 

 

 

 

Descenso al infierno". Fresco en la iglesia del monasterio "St. John "en Suceava, Rumania.

 

 

 

 

Aquí la podemos ver en el "Descenso al infierno",  Fresco en la iglesia del monasterio "San Juan", en Suceava, Rumania.

 

Mandorla es un anillo en forma de almendra muy utilizada en los iconos bizantinos de Cristo y de la Virgen, cuando querían ser presentados en gloria. Simboliza el resplandor de la gloria divina en forma de un óvalo alargado en dirección vertical. La mandorla es figura obligada en las composiciones “Transfiguración", "Asunción", "Resurrección", etc.

 

Por su forma geométrica se relaciona con el rombo y, como éste, significa la unión del cielo y de la tierra, de los mundos superior e inferior.

(Información tomada de JEAN CHEVALIER, Diccionario de los símbolos y de FEDERICO REVILLA, Diccionario de iconografía y simbología.)

5.3.-Entendiendo las figuras humanas

Deciamos que todas las figuras representadas en el icono son “signos portadores de significado, como símbolos artísticos conocidos por los destinatarios del icono, es decir, por el pueblo creyente que participa en la liturgia”.

La figura de una persona, representada tal como vive en el Reino de Dios, actua como portadora de ideas eternas y de ahí su hieratismo, su aparente alejamiento de sentimientos, ya de alegría, ya de sufrimiento. Para transmitir los estados de ánimo transitorios, las pasiones, o los estados emocionales (sea del evento representado, sea del artista hacia él), es frecuente utilizar objetos inanimados, que desde el punto de vista del espectador contemporáneo tengan una carga de naturaleza indiscutible.

La ejecución de un icono es una tarea sujeta a condiciones muy significativas. Por un lado, el artista se encuentra sometido a la estricta canonicidad del arte bizantino; por otro, existe el deseo de que sus creaciones sean facilmente comprensibles y accesibles a la percepción de todos los miembros de la comunidad cristiana; finalmente, el iconógrafo quiere dar su visión personal del evento representado y expresarla con su particular técnica y virtuosismo.

Estos condicionamientos condujeron al hecho de que casi todas las imágenes de este arte estén contenidas en un elenco relativamente pequeño de símbolos y metáforas plásticas, de un escaso número de colores, y de muy determinados estereotipos figurativos, que en conjunto son capaces de expresar con suficiente estabilidad semántica cualquier historia sagrada.

No obstante, la libertad del artista no queda tan comprometida como una interpretación rígida del canon puede hacer presumir, porque cada uno de los símbolos plásticos tiene una amplia gama de significados, entendibles perfectamente por los espectadores contemporáneos de los grandes maestro.

Merecen una consideración especial, entre los símbolos plásticos del arte bizantino que se han cargado de significado iconográficos fijo, los siguiente:

Virgen-Oranta_Nuestra-Señora-del-Signo• La figura de la cruz desnuda, símbolo universal del sufrimiento humano

La figura del crucificado en la cruz es un símbolo universalmente aceptado del Hijo de Dios anunciado por el evangelio cristiano, símbolo de la salvación humana a través del sufrimiento de Jesucristo.

La figura femenina con los brazos abiertos es, tanto un símbolo universal de protección materna, como un signo de oración y súplica.
La figura de frente o sentada establece inmediatamente una comunicación espiritual del personaje con el espectador, y así era sentida por un espectador medieval que aspiraba a identificarse con el personaje representado en el icono.

Las figuras de personas en ciertas poses con gestos semánticamente claros, que denotan y expresan ciertos estados del mundo interior de la persona, estableciendo el estado de ánimo emocional para la imagen:

a. una figura ligeramente inclinada con las manos plegadas en oración, generalmente dirigida hacia la figura central de la composición, - un símbolo de reverencia, reverencia, venida de oración;

b. una figura con la cabeza y la mano inclinadas apoyando su mejilla - un símbolo de tristeza, tristeza claramente legible;

c. frontalmente (cara completa) que representa a una persona con una mirada fija (iliza) - un símbolo de auto-profundización espiritual, contemplación.

La figura alada es un símbolo de pureza espiritual y belleza, el vuelo creativo del espíritu; en términos medievales, una figura angelical, la imagen de un mensajero divino, de un ser espiritual, de un mediador entre los mundos celestial y terrenal

El nimbo o halo es un signo de santidad en el arte bizantino. En todo caso, símbolo de alma espiritual.

Como decíamos antes, estos y algunos otros símbolos plásticos, poseen significados cristianos universales invariantes, que eran fácilmente "leídos" por los bizantinos, adquirían para cada imagen concreta un significado artístico individual.

5.3.1. ¿Perfil o cara completa?
El icono expresa la atemporalidad de los eventos representados, su perdurabilidad eterna en el Reino y para ello emplea, como centro compositivo, la cabeza del representado en posición frontal, dotado de un halo colocado en la parte superior de un triángulo equilátero con el lado igual al ancho de la imagen, es decir, en una representación de máxima estabilidad.

Esta frontalidad, este “estar en frente” del espectador ayuda a la oración, convirtiendo la situación en un encuentro “cara a cara”con el santo. La posición de perfil expresa, por contraposición, falta de comunicaccióndirecta y se reserva para personajes impíos. 

En los iconos bizantinos no suele encontrarse la imagen de perfil. En las escenas complejas suele aparecer en figuras representadas en la parte periférica del cuadro o en personajes de por sí insignificantes La figura de perfil suele reservarse para dar connotaciones negativas al personaje, como es típico en Judas, Satanás o figuras demoníacas como Satanás. 

5.3.2. El tamaño de las figuras
Natividad de Nuestro Señor, RublevEl esquema canónico de una historia con variados personajes señala el personaje principal dotándole de un gran tamaño, alrededor del cual se situan los restantes personajes de la leyenda.

 

 

 

 

 

 

Así ocurre, por ejemplo, en los iconos de la Natividad de Cristo, donde la Virgen, que es el personaje principal, se representa más grande que la de José, y las de los Reyes Magos y, desde luego, de la del propio Jesús o de los pastores.

 

 

 

 

Natividad-de-la-Virgen-María_Novgorod_sigloXIV_ Galería-Tretyakov_Moscú

 

 

 

 

 

 

En los iconos de la Natividad de la Virgen, la imagen de su madre, Ana, es mayor que la de su esposo, Joaquín, y los sirvientes a su alrededor.

 

 

 

Natividad de Nuestra Señora

 

 

 

 

 

 

Introducción al templo de la Santísima Virgen. Museo de Arte Walters del siglo XVIII

 

No deja de haber excepciones cuando así lo exige la comprensión de la historia. 

Por ejemplo, en los íconos de la Introducción de la Virgen niña al Templo, la imagen de María es más pequeña que las de las otras personas, aún siendo el personaje principal. Se trata de un recurso necesario para señalar la edad infantil de la Virgen, que entró al servicio del Templo cuando aún era una niña.

Introducción al templo de la Santísima Virgen. Museo de Arte Walters del siglo XVIII

 

 

 

 

 

5.3.3. Tetramorfos o Animales con Apóstoles

San Lucas_mural-iglesia-de-San-Jorge_Velo-de-Astiko_Italia.SigloXV

 

 

 

 

 

San Lucas. Detalle del mural de la iglesia de San Jorge en Velo-d 'Astiko, Italia. Siglo xv

 

 

 

Es frecuente ver en las iglesias, dibujados o en mosaicos sobre las pechinas, las representaciones de los Apóstoles evangelistas.

Son representados por cuatro animales con larga tradición bíblica.

Así, Ezequiel, en su visión inicial, habló sobre los tetramorfos, cuatro bestias quiméricas que parecían criaturas terrenales: un león, un becerro, un águila y una cuarta con figura de hombre:

"Vi un viento huracanado que venía del norte: una gran nube y un fuego zigzagueante con un resplandor en torno, y desde el centro del fuego como un resplandor de ámbar,  y en el centro de todo la figura de cuatro seres vivientes. Este era su aspecto: tenían forma humana,  con cuatro rostros y cuatro alas cada uno.  Sus piernas eran rectas y las plantas de sus pies como las de un becerro. Brillaban como bronce bruñido.  Debajo de las alas tenían manos humanas por los cuatro costados; los cuatro tenían rostros y alas.  Sus alas se juntaban una a la otra. No se volvían al caminar; caminaban de frente.  Su rostro tenía este aspecto: rostro de hombre y rostro de león por el lado derecho de los cuatro, rostro de toro por el lado izquierdo de los cuatro, rostro de águila los cuatro".(Ez 1, 4-10)

Visión semejante relata el evangelista san Juan:

“en medio del trono y a su alrededor, había cuatro vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás. El primer viviente era semejante a un león, el segundo a un toro, el tercero tenía cara como de hombre, y el cuarto viviente era semejante a un águila en vuelo” (Ap 4, 6ss)

Los biblistas comenzaron a identificar desde los primeros tiempos estos animales con los cuatro apóstoles evangelistas, interpretación que fue consagrada por San Jerónimo. El hombre, con san Mateo; el león, con san Marcos (recuérdese la figura del león alado en la Plaza de San Marcos, en Venecia); el toro, con Lucas; y el águila, con san Juan, cuyo evangelio ve la historia de Cristo con una visión de águila, con una teología muy por encima del resto de los evangelistas.

6.-ENTENDIENDO LOS COLORES

Dios-Padre-en-trono-con-Cristo

En la composición iconográfica los colores tienen significados propios, son parte del código canónico que ayuda a trasmitir la idea perseguida por el autor del icono. En la iconografía bizantina destacan los colores rojo, azul y dorado.

El color rojo, púrpura o carmesí no era neutral en la cultura bizantina. Es el color del rey, del señor: Dios en el cielo, el Emperador en la tierra. Sólo el Emperador podía firmar decretos con tinta morada y sentarse en el trono morado, sólo él llevaba ropa y calzado morados

El color rojo tiene varios significados en la cultura cristiana. Es el color de la sangre, el color del sacrificio de Cristo. Por ello, los mártires son representados en el icono con ropaje rojo. Por la misma razón, los ángeles y serafines que están cerca del trono de Dios lucen alas que brillan con el color rojo, propio del fuego celestial.

 

Salvador en el trono con los santos seleccionados.Novgorod, finales del siglo XIII - principios del siglo XIV.Galería Tretyakov, Moscú 

 

Pero, por antonomasia, el color rojo es propio de Cristo: es un signo de la naturaleza humana del Salvador, de los sufrimientos y tormentos que aceptó por nuestra salvación. Al mismo tiempo, es el color, tanto de la Pascua, como se observa en el empleo de la vestimenta litúrgica en la Semana Santa y de las celebraciones de los mártires, como de la Resurrección, de la victoria de la vida sobre la muerte.

Además, el rojo es polisémico en el arte bizantino. La escuela de Novgorod lo emplea con los mismos significados del dorado, representando el resplandor de la gloria divina. Los iconos con un fondo rojo son siempre un signo del triunfo de la vida eterna. Un fondo rojo siempre llena el icono con un sonido de Pascua.

Los colores azules corresponden al cielo, a la eterna paz y sabiduría. Este es el color de la Madre de Dios, que unió en sí lo terrenal y lo celestial. Los muros en muchas iglesias dedicadas a la Madre de Dios están pintados en azul celestial

El dorado, el color del oro, es el color del resplandor divino, por eso es siempre empleado en los nimbos de los santos. Cuando decora el fondo del icono, éste se transforma para el espectador en una ventana abierta al paraíso.

Es interesante conocer que el color gris, el color obtenido mezclando blanco y negro, no se encontrará en los iconos canónicos. Es una consecuencia de la teología subyacente al arte del mundo bizantino: en el mundo espiritual la santidad, el bien y el cielo -representados por el color blanco- y el pecado, el mal y el infierno –representados por el color negro- no se mezclan, lo mismo que la oscuridad no puede abrazar la luz. Por ello, para los pintores de iconos, que utilizan los colores como significantes dotados de sentido simbólico el color gris está fuera de lugar, no es necesario.

6.1.-Los colores canónicos

• púrpura , color de la dignidad divina e imperial.Se usa en iconos para representar el reino de Cristo

• carmesí – regio, background-color de los personajes reales.

• El color blanco es un símbolo de la luz divina, representa las energías divinas; es similar a la Luz, nombre de Dios, y combina todos colores del arco iris. Es el color de la pureza, la santidad y la simplicidad. Los iconos y frescos de santos y personas justas generalmente son representados en blanco.

• El dorado, color de oro metálico, simboliza y hace posible sentir el resplandor de Dios y el esplendor del Reino de los Cielos, donde nunca hay noche. El color dorado denota a Dios mismo.  Este color brilla en varios tonos en el icono de la Madre de Dios, de Vladimir.

• El amarillo simboliza la luz que a su vez es un símbolo de la presencia de Dios

• El verde es el color de la tierra viva y se ha utilizado para representar juventud, esperanza y el origen de la vida

• Azul significa los cielos y el reino de Dios, no en esta tierra. Los iconos de María la muestran con prendas exteriores rojas y azules dentro. Simboliza su naturaleza humana original (la roja) y la ya celestial. naturaleza (el azul;

• El color rojo tiene varios significados a la vez: es el color del calor, el amor, la vida, la energía que da vida; al mismo tiempo es el color de la sangre y el tormento, el color del sacrificio de Cristo; el rojo también simboliza el fuego divino; el color rojo se ha convertido en un símbolo de la Resurrección, la victoria de la vida sobre la muerte.

El oro brilla sobre los halos y otras partes del icono. El oro simboliza la eterna luz no creada de Dios y su reino celestial

• El cereza, que combina rojo y púrpura, el principio y el final del espectro, significa Cristo mismo, que es el principio y el fin de todas las cosas;

• El color rosa suave es el color del refinamiento espiritual.

•  El negro se usa para retratar el mal y la muerte. Demonios y seres satánicos son retratados en negro, que representa el inframundo. En combinación con el rojo  denota los dos elementos principales del infierno, la oscuridad  y la llama infernal. 

• El marrón es el color de la tierra desnuda, el polvo, todo lo temporal y perecedero.Es el color de la tierra, del "humus" y es signo de humildad. De marrón se pinta la vestidura de los monjes.

• negro con verde - vejez; gris - mortalidad (los demonios están escritos en negro y gris);

• el naranja es la gracia de Dios;

• El morado es integridad.

7. ENTENDIENDO LOS ATRIBUTOS.

Desde los primeros momentos, como se aprecia en las catacumbas romanas, las imágenes de los mártires comenzaron a ser veneradas. Durante muchos siglos prescindieron de atributos individuales y fueron identificadas mediante el nombre que figuraba en el icono. En esos primeros momentos, se utilizaron atributos que estaban asociados con tipos de vida de santidad más que con la persona concreta representada: apóstoles, mártires, confesores, etc. Los mártires fueron representados con una rama de palma, como símbolo de su victoria espiritual; los apóstoles evangelistas con un libro, como recuerdo de su enseñanza; las vírgenes con un lirio, símbolo de su pureza; los fundadores de iglesias o monasterios eran dibujados con copias en miniatura portadas en sus manos; los santos papas podían ser reconocidos por su tiara; los obispos por la mitra, etc.

La existencia de estos “esquemas o plantillas” para las representaciones de los principales actores y eventos de la historia sagrada (Cristo, la Virgen, los apóstoles, la Transfiguración, la Anuciación, etc.), si bien facilitaba la identificación del tema del icono, dificultaba la comunicación entre el artista y el espectador cuando se trataba de santos, pues su número en el santoral ya exigía algo más que unos esquemas o croquis que podían ser valederos para una gran multitud de representados.

Por ello, en los últimos tiempos de la Edad Media, fue práctica común representar a santos dotando al icono de algunos atributos identificativos, provenientes de las circunstancias de su martirio, o de los grandes milagros por él realizados, o de sus singulares dotes de santidad. Eran atributos que servían de tarjeta de presentación, a modo de esquela identificativa del santo ante el espectador.

Al representar a un santo en particular, los iconógrafos necesariamente le asignaban un atributo que recogía en buen entendimiento alguna singularidad de su vida, porque sin la ayuda de dichos atributos los santos dificilmente podían ser distinguidos. Así, por ejemplo, se hizo una distinción entre los santos monjes pertenecientes a diferentes congregaciones religiosas por los colores de sus hábitos: los benedictinos vestían túnicas negras; los cistercienses, blancas; los franciscanos, marrón y ceñida a la cintura con una cuerda.

Estas necesarias distinciones pronto llegaron a aplicarse a la propia figura del representado, convirtiéndose en atributos personales que hacían fácilmente reconocibles el icono. Así, apenas se tenga alguna afición a ellos, se sabe que se dibuja a San Pablo con la cabeza calva; a San Pedro con las llaves apostólicas en la mano; a San Juan Bautista vestido con pieles; a la Virgen con tres estrellas en su manto; a Jesús con un nimbo cruciforme; a Santa Inés con un cordero; etc.

Los atributos nunca tuvieron un perfil canónico, ni se controlaron por la jerarquía al modo de los elementos canónicos, ni hubo una nómina de los mismos de modo que su uso fuera unívoco. Varíaron de un país a otro. Un santo era caracterizado por diferentes atributos, y los mismos atributos (cruces, libros, flores, estrellas…) podían pertenecer a diferentes santos. Ni siquiera era necesario que la relación entre el santo y el atributo respondiera a una realidad histórica, pues el sistema propició la aparición de leyendas que, a su vez, condujeron a la aparición de nuevos símbolos, y los símbolos a veces crearon su propia leyenda para dar razón de su existencia y significado.

7.1. El signo del pecado

Fragmento-del-fresco-del-Juicio-Final_Convento-Novodevichy_SigloXVII

71.Fragmento de fresco del Juicio Final del Convento Novodevichy. Siglo XVII

El peinado tradicional de los demonios es
el pelo erizado, un signo de pecado y vicio, que tiene connotaciones de rabia y barbarie.
Los cuernos solo aparecieron ocasionalmente en el siglo XVII, y procedían del arte occidental, pero ello no canceló los rizos sueltos

Tal peinado en humanos significa que son pecadores , herejes o paganos, y cuando el personaje con cresta está pintado con pintura oscura, significa que esté poseido por un poder demoníaco.

7.2.-Las inscripciones

Las inscripciones o títulos son elementos necesarios del icono que a través de símbolos, palabras o abreviaturas convencionales nos dan razón de quién está representado en la tabla o mosaico o qué se representa en la imagen sagrada. De las inscripciones se dice: “[es] aquello que en el icono constituye su alma: las inscripciones” (PAVEL FLORENSKI, El Iconostasio, pág 175).

Se emplea una caligrafía específica y la fuente es parte del estilo iconográfico, si bien este estilo se ha acomodado al tiempo en que se escribe el icono. Así, los íconos escritos en la edad de oro de los siglos XIV-XV fueron firmados con fuentes de esa época y en esa ortografía, que, naturalmente, nos es más difícil de entender que los iconos del siglo XIX, cuyas fuentes y ortografía nos son más próximas.

Las inscripciones están colocados, con gran brevedad, al lado del halo de la cabeza de Cristo, la Virgen o los santos. Así, son frecuentes:

Θεος                Dios (griego)

ο ων                Yhavé (griego)

IC XC             Jesucristo (abreviación del nombre griego Ιησους Χριστος )

ΙΧΘΥΣ             Jesucristo (acrónimo del griego Ιησους Χριστος Θεου Υιος, Jesucristo, hijo de Dios)

ΜΡ ΘΥ            Madre de Dios (griego).

8.-ENTENDIENDO EL CENTRO DEL ICONO

La Trinidad, de Rublev

 

 

 

El conocido icono de La Trinidad, de Andrei Rublev, nos permite darnos cuenta de cómo es utilizado el centro del icono para resaltar el mensaje más importante, aquello en lo que debemos fijarnos, según la voluntad del artista.

Aquí, a pesar de su minúsculo tamaño respecto al conjunto de la figuración, la copa es el centro del círculo que circunscribe las cabezas de las tres figuras, es el centro de sus miradas y recibe las bendiciones indicadas por las manos de los ángeles.

De forma innegable el artista concentra nuestra atención en el tazón.

 

 

 

 

Cada elemento en el icono es un símbolo:

El roble es el árbol de la vida.
La casa es un símbolo de construcción de viviendas, creación.
La montaña es un símbolo de lo sublime, un signo de ascenso espiritual y moral.
La cruz roja es un símbolo de martirio (y renacimiento).
La flor de anémona es un signo de tristeza para María, la madre de Cristo (generalmente en los íconos "Crucifixión" y "Descendimiento de la cruz").
El bastón de un ángel es un símbolo del mensajero celestial, el mensajero.
El pelícano es un símbolo de amor a los niños.
La corona de oro es un símbolo de victoria espiritual.
Los lados derecho e izquierdo en el icono o fresco también tienen carga simbólica. El espectador medieval sabía que a la derecha de Cristo se situaban las vírgenes prudentes y los justos en el juicio final.
Dos o tres árboles : simbolizan el bosque.
Un rayo de las esferas celestiales es un símbolo del Espíritu Santo, la energía Divina, que realiza el milagro de la encarnación de la divina segunda persona  en un hombre.
La acción frente a un templo o edificio donde se retira la pared frontal significa que se lleva a cabo dentro del templo o edificio.


 

Además, a veces los pintores de iconos utilizan diferentes imágenes simbólicas , cuyo significado es claro para una persona que conoce bien la Sagrada Escritura:

Cruz de oro, ancla y corazón - significa fe, esperanza y amor.
El libro es el espíritu de la sabiduría.
Candelabro de oro : el espíritu de la mente.
El Evangelio: es el espíritu del consejo. Siete cuernos de oro : el espíritu de la fortaleza.
Siete estrellas doradas es el espíritu del conocimiento.
Flechas de trueno : el espíritu del temor de Dios.
Corona de laurel : el espíritu de la alegría.
Una paloma que sostiene una rama en el pico es el espíritu de la misericordia.


 

En los iconos se pueden representar los sacramentos de la iglesia:

Una vasija de agua es el sacramento del bautismo.
El crisma es el sacramento de la unción.
El cáliz y la patena son el sacramento de la comunión.
Dos ojos , el sacramento del arrepentimiento (confesión).
Una mano bendeiciendo, el sacramento del orden sacerdotal.
Una mano que acoge otra mano, el sacramento del matrimonio.
Una aceitera simboliza el sacramento de la unción de los enfermos.

9.-ORACIÓN

Creador inefable,
tú, pues, que eres considerado verdadera
fuente de la luz,
y principio eminentísimo de la sabiduría,
dígnate infundir un rayo de tu claridad
en las tinieblas de mi inteligencia,
alejando de mí las dos clases de tinieblas
con las que he nacido:
la del pecado y la de la ignorancia.

Tú, que sueltas las lenguas de los niños,
prepara mi lengua
e infunde la gracia de tu bendición
en mis labios.

Concédeme la agudeza para entender,
la capacidad para asimilar,
el modo y la facilidad para aprender,
la sutileza para interpretar
y la gracia abundante para hablar.

Instruye el comienzo,
dirige el desarrollo,
completa la conclusión.

Tú, que eres verdadero Dios y hombre, y que
vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.