EL TEMPLO ORTODOXO
- 1. Antecedentes históricos
- 2. El templo judío
- 3. La arquitectura religiosa rusa
- 4. La cúpula
- 5 Coro
- 6. Antecedentes históricos
- 7. El templo judío
• 1 Narthex exterior
• 2 Narthex
• 3 Puertas Reales
• 4 Cúpula
• 5 Coro
• 6 Sedes
• 7 Sede del Obispo
• 8 Sede del abad
• 9 Ambón icono principal
• 10 Solea
• 11 Puerta real
• 12 Puertas laterales
• 13 Prothèse
• 14 Diakonikon
• 15 Altar
• 16 Sede celebrantes
• 17 Sagrario
• 18 Prótesis
• 19 Tabla de Diakonikon (vestiduras)
- 8. La decoración de la iglesia
- 9. La Cruz Ortodoxa
- 10. La luz en el templo ortodoxo
- 11.El sonido en el templo ortodoxo
Cuando un cristiano de Occidente entra en un templo ortodoxo encuentra un recinto sorprendente, donde la multitud de velas encendidas, las lámparas, las imágenes y el olor a incienso lo llena todo.
Levanta la vista y el Pantocrátor de la cúpula le bendice. Busca el presbiterio y lo encuentra oculto por la multitud de patriarcas, profetas, santos y ángeles que, rodeando a Cristo y a la Virgen, están presentes en el iconostasio alabando a la Trinidad que preside en el centro de la fila superior de iconos.
A su alrededor, los fieles están dando vueltas siguiendo el muro desde la Puerta Hermosa por donde él ha entrado; besan los iconos con especial reverencia; portan una pequeña ofrenda en las manos que entregan al diácono que está en una de las puertas laterales de la gran pared de iconos; dejan una pequeña lista con sus peticiones para sumarlas a las oraciones oficiales del sacrificio eucarístico; no ve los bancos donde sentarse; siente la atmósfera de devoción que, con el recogimiento de los presentes, convierte esta casa de oración en una imagen del cielo sobre la tierra.
1.-Antecedentes históricos
En las primeras comunidades cristianas es clara la conciencia de que es la propia comunidad el verdadero templo de Cristo, no representando, pues, problema alguno las celebraciones en los domicilios particulares. Están muy recientes las palabras de san Pablo
“¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros” (1Co 3,16)
Y así, se fue desenvolviendo el culto primitivo hasta mediado del siglo III, aunque progresivamente se fueron especializando algunos domicilios como lugares de culto permanente. La masiva afluencia de catecúmenos como consecuencia de la libertad religiosa a partir de Constantino, en 313, hizo necesaria la especialización de lugares de culto con cierta capacidad de acogimiento.
Los primeros templos utilizaron las formas romanas de edificios para funciones similares, es decir como Basílicas, rectángulos alargados con un atrio en la entrada y un ábside en el lado opuesto a ésta. El espacio interior de la basílica se dividía por hileras de columnas en tres o cinco naves, destinadas a los fieles. La nave central era más alta que las laterales.
A partir del siglo V, la arquitectura bizantina construyó las basílicas sobre una planta en forma de cruz, con la cúpula sobre las columnas de unión de los dos ejes. En este siglo V se erigirá la gran Basílica de santa Sofía, en Constantinopla.
2.-El templo judío
Cuando Yahvé libera al pueblo arameo de la esclavitud de Egipto y hace con él la Alianza del Sinaí, dicta a Moisés las reglas del culto que se le debía dar. Entre esta reglas figura el diseño del Arca de la Alianza, la “morada de Dios” entre su pueblo, el primer “templo”. Cuando se sustituyó el régimen de confederación de tribus nómadas por el establecimiento de la monarquía en la persona de Saúl, también se cambió el régimen de permanencia del Arca de la Alianza, que peregrinaba de tribu en tribu, estando en cada una de ellas periódicamente, por un asentamiento más estable.
Fue David quien decidió dar a Yahvé el templo que su Dios “merecía”, y su hijo Salomón quien lo terminó durante su reinado (1000 a.C.) en la ciudad de Jerusalén. Hasta la llegada de Cristo, el Templo de Jerusalén fue el centro espiritual, de adoración y oración de todo el pueblo Judío, manteniendo esta vigencia aún para todo israelita que se mantenga fiel a la fe de sus padres.
3.-La arquitectura religiosa rusa
La arquitectura religiosa Rusa nace con el bautismo, en 988, del pueblo de la antigua Rus dirigidos por el príncipe Vladímir. Simultáneamente, surge la arquitectura eclesiástica rusa. Su característica particular consiste en construcción de cúpulas, que recuerdan la llama de una vela.
No están exentas de significado simbólico la planta del edificio, desde la forma circular, símbolo de la eternidad, la octogonal, cuyo número recuerda las Bienaventuranzas; o las de cruz latina o griega; símbolo del mismo Cristo.
4.-La cúpula
El elemento más popularmente reconocido del templo ruso es la cúpula, elemento heredado del Imperio bizantino, pero al que la arquitectura rusa le dio un simbolismo particular y lo desarrolló en múltiples formas llenas de colorido y una gran belleza. La cúpula remata con una cruz, que simboliza la función mediadora entre la tierra y el cielo del templo. La forma más popular, por no decir enteramente original, de Rusia es la que tiene forma de cebolla y simboliza la llama de una vela que ilumina eternamente el edificio.
La cantidad de cúpulas sobre el templo ruso tiene su significado, según la realidad espiritual que evoca su número. Así:
• 1 cúpula: Jesucristo;
• 2 cúpulas: Cristo, según su doble naturaleza, divina y humana;
• 3 cúpulas – La Trinidad;
• 4 cúpulas: los 4 evangelistas
• 5 cúpulas: Cristo y los cuatro evangelistas ;
• 7 cúpulas - los siete dones del Espíritu Santo ( Is. 11: 2-3 ), los siete pilares de la Casa de la Sabiduría ( Prov. 9: 1 ), siete días de la creación, siete sacramentoslos siete concilios ecuménicos habidos antes del cisma;
• 9 cúpulas: nueve órdenes de ángeles ;
• 12 cúpulas: las 12 tribus de Israel; los doce apóstoles
• 13 cúpulas: Cristo y 12 apóstoles.
• 24 cúpulas: 12 tribus de Israel más los 12 apóstoles;
• 25 cúpulas: cristo más los 24 ancianos coronados, sentados en tronos con túnicas blancas alrededor del trono de Jesucristo ( Apocalipsis 4: 4 );
5.-El rito de la consagración
El ritual de la consagración del templo indica qué es lo que se está haciendo y sobre qué cosa se hace. El Obispo, a imagen de la noche de Pascua, enciende un gran cirio y se presenta ante las puertas del local con la luz de Cristo, mientras se canta
Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las puertas eternales:
va a entrar el Rey de la gloria.
—¿Quién es ese Rey de la gloria? —
El Señor, héroe valeroso, el Señor valeroso en la batalla.
Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las puertas eternales:
va a entrar el Rey de la gloria.
—¿Quién es ese Rey de la gloria?—
El Señor, Dios del universo, él es el Rey de la gloria.
(Sal 24, 7-10)
6.-La iglesia está orientada al este
El Obispo entra en el templo que va a ser consagrado por una puerta que da al Oeste, porque las iglesias cristianas quieren recordar que los cristianos rezamos mirando al Este, mientras esperamos a Cristo que viene del Oriente. Santo Tomás indica así las razones de ello:
- primeramente, para mostrar la majestad de Dios, que nos es manifiesta por el movimiento del cielo, que parte del oriente;
- en segundo lugar, porque el Paraíso terrenal existió en oriente y nosotros tratamos de volver a él;
- en tercer lugar, porque Cristo, que es la luz del mundo, es llamado Oriente por el profeta Zacarías y
- en cuarto lugar, porque por oriente será cuando aparezca en el último día, según las palabras del Evangelio de San Mateo: “Pues como el relámpago aparece en el oriente y brilla hasta el occidente, así será la venida del Hijo del hombre.”(Mt 24,27).
En El Benedictus, rezamos:
- Por la entrañable misericordia de nuestro Dios nos visitará el sol, que viene de lo alto
Según el Canon litúrgico, el altar de la iglesia ortodoxa debe estar orientado hacia el este y la entrada principal al templo, hacia el oeste.
El Obispo consagrante unge la iglesia toda que queda así convertida en el lugar de reunión de la comunidad con Cristo, tanto para la oración como para la Eucaristía o la administración de los sacramento. La Ortodoxia mantiene con gran rigor esta norma constructiva, de tal manera que las puertas laterales del iconostasio se denominan puerta norte y puerta sur
Generalmente, las iglesias están dedicadas, bien a Dios, a Cristo, a la Virgen, a los apóstoles, o a algún santo de especial veneración.
7.-El interior del Templo
Tres grandes partes dividen el templo: el lugar de los catecúmenos o nartex, el lugar de los fieles o nave, y el lugar santo, destinado a los sacerdotes. Con el paso del tiempo las diferentes partes fueron multiplicando sus funciones y haciendo surgir lugares especializados.
Nartex exterior (1)
Nartex (2)
Solo en los monasterios se mantiene hoy el doble nártex de las iglesias primitivas. En el interior se recitan las horas menores, dejando el coro para las Vísperas, Laudes y Liturgia eucarística. La sillas que hay en este Nartex interior (esonártex) están destinadas a los monjes durante sus oraciones, pues los fieles siguen los oficios de pie.
El nártex exterior (exonártex) es una especie de atrio de mayor o menor tamaño, en el que los catecúmenos y los penitentes públicos seguían la liturgia en los primeros siglos de la Iglesia. También resguarda a los fieles de la lluvia o mal tiempo a su llegada o salida del templo.
3 Puertas Reales (3)
Tres puertas comunican el Narthex con la nave de la iglesia, que son equivalentes a las del iconostasio. La principal de estas tres puertas, la del centro, se llama la "puerta hermosa"
Las otras dos puertas se llaman "puerta norte" y "puerta sur" como las del iconostasio. La "puerta hermosa" está decoradas con iconos. Ambas dan paso a la parte central del edificio, la nave
Cúpula (4)
(Véase punto 4 de esta página)
Coro (5)
A cada lado del iconostasio, próximas a las puertas laterales del mismo y de la soleá, pueden verse en el esquema los lugares propios del coro y de los lectores, donde durante el servicio se canta. Ante los coros frecuentemente están colocados los confalones o estandartes. Algunos templos tienen una galería interna que también se usa para coros.
En la iglesia ortodoxa se usa solo el canto del coro, lo que explica la ausencia del órgano en los templos orientales
Sedes (6)
La liturgia ortodoxa es eminentemente cantada y, para facilitarla, las sedes donde se sienta el coro de monjes son cómodas, amplias, siempre con respaldo y con soportes inferiores para colocar los pies o permitir una posición casi sedente aún estando de pie. Estas filas de asientos se acomodan al estilo que estamos aconstumbrados a verlas en occidente: paralelas los muros, donde cada monje acude al coro y ocupa siempre el mismo trono o sede.
Sede del obispo (7)
Es el trono destinado al ordinario del lugar, equivalente a la Cátedra del Obispo en las catedrales católicas
Sede de abad del monasterio (8)
De forma semejante al ordinario del lugar, el superior del monasterio donde se celebra tiene un lugar de honor en las celebraciones litúrgicas.
Ambón para icono principal (9)
No sólo el iconostasio es lugar para colocar los iconos. De hecho éstos llenan la iglesia, muros y columnas incluso.
Pero para el icono principal, ya por dedicación del templo, ya por la celebración litúrgica, hay un ámbón concreto, llamado anays. Este ambón o facistol que contiene el icono festivo se sitúa ante el prebiterio, generalmente con unas velas propias.
Solea (10)
El Presbiterio (lugar de los sacerdotes) está separado del lugar de los fieles por el iconostasio. Sin embargo, una parte del presbiterio queda delante del iconostasio en forma de una elevación que se llama “solea”, en el centro de la cual está el ambón o púlpito, uno de los lugares más simbólicos del templo. Desde el ambón el sacerdote realiza la eucaristía y pronuncia el sermón
Puerta real (11)
Puertas latérales (12)
En el iconostasio hay tres puertas que permiten la comunicación entre el lugar de los fieles y el presbiterio. La más importante, la central, se llama la “Puerta Real” y a través de ella puede pasar solo el sacerdote celebrante. En la puerta está pintado el icono de la Anunciación, flanqueado por los iconos de los cuatro evangelistas. Sobre su dintel no puede faltar la representacuión de la Última Cena. Otras dos puertas, llamadas “Puertas laterales”en las que están pintados los arcángeles Miguel y Gabriel, las usan diáconos y otros clérigos.
Próthesis (13)
Diakonicon (14)
Diakonikon y próthesis son dos capillas laterales destinadas al culto del altar, cada una con funciones diferentes. La Diakonikon se encuentra a la derecha, y se llama así porque es oficio del diácono la guarda de los ornamentos y utensilios propios del oficio sagrado. La próthesis. Es una pequeña mesa que, a modo de credencia, sirve para preparar las ofrendas de pan y vino que servirán para el sacrificio eucarístico.
Altar (15)
La mesa del sacrificio eucarístico se encuentra en un lugar central del presbiterio, delante de la Puerta Real del iconostasio, suficientemente aislada como para que permita los movimientos de los celebrantes a su alrededor.
Como se ve en la figura, hay todo un conjunto de elementos auxiliares, muy semejantes a los que hay en la misa occidental, que son precisos para la celebración.
El objeto más importante dentro del presbiterio es el propio altar, donde está el antimins (una pieza de tela rectangular a la que está cosida la reliquia de un santo o mártir), el evangelio, una cruz, el cáliz y otros objetos necesarios para realizar la eucaristía
El Santuario está reservado para celebrantes y ministros sagrados. Contiene ante todo el Altar Está situado en el medio, justo enfrente de las Sagradas Puertas y bastante alejado de las paredes y el iconostasio, de modo que uno puede circular libremente a su alrededor e incluso realizar ritos y ceremonias. Detrás del altar de la Cruz y de la lámpara de pie - por lo general de siete brazos
Detrás del Altar hay una gran cruz hecha de madera o metal. Esta Cruz lleva la imagen de Cristo, bien pintada, bien en bajorrelieve, pero nunca tallada con el cuerpo distinguido del árbol, porque, fiel a la lucha de los primeros siglos contra la idolatría, está prohibido representar cualquier figura por medio de una escultura. Los altares rusos situan detrás un candelabro de siete brazos.
Sede de los celebrantes (16)
La parte más importante de la iglesia es el presbiterio, lugar en el que si sitúa el altar, que siempre está en la parte este del edificio. Al presbiterio pueden acceder solo los clérigos, mientras los fieles varones entran allí solo durante el bautismo, y las mujeres, nunca.
El sagrario (17)
Es el lugar que recuerda directamente el Tabernáculo, que adopta diferentes formas. Es frecuente que sea a manera de un templo dotado de una pequeña cúpula.
8.-La decoración de la iglesia
Las iglesias orientales decoran su interior con mosaicos, frescos o iconos con una riqueza y sobreabundancia absolutamente desbordante. La ausencia de esculturas, prohibidas desde las luchas iconoclastas de los siglos VII y IX, es evidente.
Hacia fines del siglo VIII, el libro Tratado sobre las imágenes contra Constantino decía: "Si un pagano viene y te dice: Muéstrame tu fe..., condúcele a la iglesia y hazle ver la decoración que la adorna”.
Es una decoración que cubre, además de su evidente función decorativa, una dimensión catequética. Según Focio, en el siglo IX, la distribución de toda la figuración de los mosaicos y pinturas debe llevar al fiel a descubrir
“Sobre la bóveda una figura humana representa a Cristo. Diríase que inspecciona la tierra, que medita su ordenamiento y su gobierno. El artista ha querido expresar de ese modo, por medio de formas y colores, la solicitud del Creador respecto de nosotros.
En las pechinas una multitud de ángeles montan guardia alrededor de su Rey común.
En el ábside que domina el altar, la imagen de la Virgen brilla en todo su esplendor con sus manos extendidas hacia los hombres en señal de su poderosa mediación...
En fin, el coro de los apóstoles, de los profetas y de los patriarcas llena y embellece, con sus venerables figuras, el templo todo..." ()
Un plan rector dirige la obra decorativa con objeto de convertirla en libro abierto sobre la Historia de la Salvación, a modo de catecismo visual. El fiel lee este libro desde arriba hacia abajo con los grandes capítulos:
>
- Cristo Pantocrátor bendice desde la cúpula, rodeado de la corte angélica, de profetas, de patriarcas, de apóstoles y de mártires que cantan su santidad desde el iconostasio.
- La Virgen, por su parte, desde la Puerta Hermosa, que acoge al fiel a su entrada en el templo, hasta la fila de la Deesis, donde preside las oraciones de la Iglesia celestial para ofrecerlas a su Hijo.
- Los grandes personajes del Génesis, desde Abel y Melquisedec, hasta Abraham, como símbolos de los sacrificios de la antigua alianza.
- Los Padres de la Iglesia, defensores de la doctrina recta en los primeros concilio ecuménico del primer milenios, como Juan Crisóstomo, Gregorio el teólogo o san Basilio el Grande
- Los primeros mártires y testigos de Cristo resucitado, como Esteban y Lorenzo,
- Los misterios de la vida de Cristo, formando el rango festivo en el iconostasio
El símbolo pictórico lo es todo en la iglesia ortodoxa. Él amalgama la teología y la liturgia haciendo visible el adagio latino: “lex orandi, lex legendi”
9.-La Cruz Ortodoxa
En la Ortodoxia se utiliza una cruz de tres travesaños horizontales sobre el eje vertical.
El travesaño superior reproduce la inscripción “Jesús Nazareno, Rey de los Judíos” colocada sobre la cruz de Cristo por orden de Pilato, escrita en-griego, latín y hebreo.
El travesaño de en medio acoge los brazos de Cristo y, por ello es el más largo.
El travesaño inferior acoge los pies de Cristo a la manera ortodoxa, es decir, los pies juntos y atravesados cada uno con un clavo. Este travesaño no es paralelo a los dos anteriores, sino que aparece inclinado, con el lado izquierdo, según el observador, más alto que el derecho. Esta singular forma de hacerlo tiene un claro significado teológico, recordando a los fieles la diferente manera de morir de los dos ladrones que acompañaron a Cristo en su crucifixión.
El extremo izquierdo está un poco alzado, apuntando al cielo, simbolizando la aventura del buen ladrón que alcanzó el Reino mientras moría junto a Cristo. El extremo derecho, en cambio, se dirige hacia abajo, significando la bajada a los infiernos que espera al ladrón que persistió en su pecado.
En los iconos de la crucifixión suele verse, bajo la cruz de Cristo, una pequeña caverna, y allí una calavera. La tradición dice que en la vertical del Gólgota está enterrado Adán y que esa es su cabeza. Cristo, en su muerte, deja caer unas gotas de su sangre sobre dicha calavera y redime a Adán y a la humanidad desde su sacrificio en la cruz. En el crucifijo ortodoxo se recoge esa bella leyenda en la parte inferior del madero vertical.
10.-La luz en el templo ortodoxo
La luz en la iglesia ortodoxa es una imagen de la luz celestial y divina que ilumina a cada persona que viene al mundo, y las lámparas en el templo personifican las fuentes de luz que emanan del Reino de Dios.
Al entrar en ella, percibimos que no estamos solos, que es real la presencia de Cristo a través de los santos que se hacen presentes a través de la multitud de iconos que adornan las paredes. Percibimos que somos una comunidad eclesial de personas que formamos en Cristo un solo cuerpo.
Es, pues, natural que la luz en el templo busque concentrarse en los rostros de los iconos, cosa que se consigue admirablemente con las fuentes de iluminación interior, casi exclusivamente formada por lamparillas de cera de abeja o de aceite. Son fuentes de luces débiles que se resisten a ser sustituidas por las modernas bombillas eléctricas, pero que, gracias a esta debilidad, consiguen dos niveles de iluminación en el templo: los rostros de los iconos, fuertemente enfatizados; y el conjunto del volumen del templo, sumido en la oscuridad típica de estos templos.
Esa oscuridad no es un resultado indeseable de la débil luz existente, es mucho más. Es el ambiente que se precisa para crear en el fiel un estado de atención a lo que ve y percibe, para facilitarle la meditación y “el dolor de corazón” al sentirse tan alejado de la santidad del lugar y de las personas que le acompañan, ya en la oración, ya en la liturgia.
El fondo de la iconografía que se desarrolla en las paredes hace énfasis en la paleta de azules y grises oscuros que dificultan la reflexión de la luz y ayudan a crear el estado anímico que el fiel precisa para su meditación.
Todo ello para dejar muy claro al visitante del templo que entra en un lugar muy especial, un espacio sagrado que, como tal, es distinto del espacio profano formado por el mundo exterior, aunque el templo no sea ajeno a ese espacio. La débil iluminación, creando ese contraste con la luz del día, hace sensible el contraste entre lo sagrado y lo profano.
La utilización muy profusa de la cera de abeja o aceite en múltiples formas consigue efectos desconocidos en las iglesias occidentales, que emplean sólo luz eléctrica. Las lámparas, además de su colocación fija sobre el suelo, aparecen suspendidas de candelabros de múltiples velas o de coroi y stavroi colgantes, que se encienden y se mueven de formas diversas según el tipo de colgante que poseen.
El espectáculo de las llamas oscilantes por las corrientes de aire, o moviéndose en órbitas diferentes durante las celebraciones según los hilos de los que cuelgan, ayudan al fiel a unirse al Himno de la creación al Todopoderoso :
“Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo todos sus ángeles; alabadlo todos sus ejércitos.
Alabadlo, sol y luna; alabadlo, estrellas lucientes”
Sal 148, 1-3
11.-El sonido en el templo ortodoxo
Si la decoración toda apela al sentido de la vista para formar el gran símbolo del cielo sobre la tierra, el sonido completa la imagen del cosmo del templo.
Toda su construcción está orientada para recoger la voz humana, para hacerla llegar desde el coro o el altar a cada fiel, pues la voz es el gran instrumento musical de la liturgia ortodoxa. Sólo la campana la acompaña, como único instrumento musical del templo.
El canto en la Iglesia Ortodoxa se hace “a capella” sin acompañamiento instrumental, tal como el canto gregoriano en los conventos católico. En toda celebración ortodoxa el canto del coro somete al fiel a un aprendizaje de coordinación armónica de su voz a la del conjunto, como símbolo de su superior coordinación espiritual con el conjunto de la celebración y, en definitiva, con la armonía del universo creado.
La letra de los himnos, troparios, etc., iluminan y aclaran los misterios que se celebran en la sagrada liturgia y ayudan a conocer la fe ortodoxa
La riqueza de los campanarios ortodoxos no tiene comparación en el mundo. En él cuelgan muy diversas campanas de distintas medidas y desigual frecuencia acústica que hábilmente manejadas por el campanero se convierten en la voz de la Iglesia, ya indicando que es domingo, o que estamos en tiempo de Navidad o Cuaresma, o con cualquier ocasión en el que el ritual así lo indique.
El campanario ortodoxo tiene un conjunto entre 5 y 12 campanas con las cuales se consigue el Timbre ortodoxo basado en una dinámica propia de ritmos e interacción entre las diferentes campanas. Las campanas no siempre giran alrededor de su eje, pues se consigue que sea el badajo quien golpee según ritmo adecuado. En esto marca una diferencia sustancial con el Sonido católico, logrado con golpes simples o dobles del sobre la campana oscilante o giratoria da vueltas por el eje de rotación
Es imposible imaginar a Rusia sin templos, sin su coro de la iglesia, ni pintando el templo, ni tocando las campanas.
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