Santiago apóstol
3.2.-la existencia de su tumba en tierras de Galicia
3.3.-Santiago como símbolo político
4.2.-La consolidación política
4.3.-El apogeo del Camino de Santiago
4.4.-El declive
4.5.-El resurgimiento definitivo
Santiago Apóstol nacido en Betsaída, Galilea; hijo de Zebedeo y Salomé, hermano de Juan el Apóstol. Fue uno de los discípulos más cercanos a Nuestro Señor Jesucristo, uno de los primeros en dejar todo por seguirlo, mientras estaba pescando con su hermano Juan, quien también siguió a Nuestro Señor.
La tradición le llama “Santiago el Mayor” para diferenciarlo del apóstol del mismo nombre, “Santiago el Menor”, el hijo de Alfeo. Con Pedro y su hermano Andrés, Santiago y Juan forman la parte de los primeros discípulos que Jesús se escogió. Posteriormente, él, Juan y Pedro formarían el grupo de los “íntimos” del maestro, a menudo distinguidos claramente, como se observa en el suceso del Tabor, o en la elección en Getsemaní.
El Nuevo Testamento le describe como un hombre apasionado, audaz, ambicioso y determinado. Comparte esta personalidad con Juan. Jesús dará a los hermanos el apodo de "hijos del trueno" y muchos episodios de los Evangelios revelan su carácter explosivo.
Después de la muerte de Jesús, Santiago el Mayor fue parte del grupo fundante de la “Primera Iglesia de Jerusalén”. Por eso, cuando Herodes Antipas quiso dar un castigo ejemplar a la comunidad cristiana, le eligió, junto con Pedro, como figura representativa de esta Iglesia. Fue decapitado a espada alrededor del 41-44. Santiago, obispo de Jerusalén, fue así el primer apóstol en derramar su sangre por Cristo.
“Por aquel tiempo, el rey Herodes decidió arrestar a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos. Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Al ver que esto agradaba a los judíos, decidió detener también a Pedro”. (Hch 12,1s)
Desde la antigüedad está muy difundida la idea de que Santiago había predicado el Evangelio en los confines de Occidente, es decir, en España donde se encontraba el “finis terrae”. Pero es una hipótesis difícil de sostener, máxime cuando se sabe que Pablo tuvo intención de llegar hasta España
“cuando me ponga en camino hacia España, espero veros al pasar y, después de haber disfrutado un poco de vuestra compañía, que vosotros me encaminéis hacia allá” (Rom 15,21),
como tierra donde aún no se había anunciado a Cristo... y es una carta escrita en torno al año 60, más de 15 años después de la muerte de Santiago.
Después de la invasión mahometana, el apóstol Santiago aparece venerado como cabeza refulgente de España y patrono de sus reinos cristianos. Éstos proclaman en los siglos siguientes su gratitud por la protección del Apóstol en la defensa de la fe y de la independencia de la patria y por su asistencia en la acción misionera que contribuyó a propagar la Iglesia por todo el mundo. Su sepulcro en Compostela, a semejanza del sepulcro vacío del Señor en Jerusalén y de la tumba de san Pedro en Roma, atrae, hasta nuestros días, a innumerables peregrinos de toda la cristiandad.
A partir del S.VI se crea la leyenda que podemos contemplar más adelante.
1.- Textos
Su nombre aparece en los relatos de la elección de los doce:
“Jesús subió al monte, llamó a los que quiso y se fueron con él. E instituyó doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar, y que tuvieran autoridad para expulsar a los demonios: Simón, a quien puso el nombre de Pedro, Santiago el de Zebedeo, y Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso el nombre de Boanerges, es decir, los hijos del trueno, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el de Caná y Judas Iscariote, el que lo entregó”. (Mc 3, 13-18; cfr. Mt 10, 1ss y Lc 6, 12ss)
Aparece en el pasaje que relata la extraña petición a Jesús de los hijos del Zebedeo
“Se le acercaron los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que nos hagas lo que te vamos a pedir». Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?». Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís, ¿podéis beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?». Contestaron: «Podemos». Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y seréis bautizados con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado». Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, llamándolos, les dijo: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos” (Mc 10, 35-45; cfr. Mt 20, 20ss)
Finalmente, sabemos que murió mártir porque así se afirma en los Hechos:
“Por aquel tiempo, el rey Herodes decidió arrestar a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos. Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. 3 Al ver que esto agradaba a los judíos, decidió detener también a Pedro”. (Hch 12,1s).
2.-La leyenda
En el siglo VI, el Pseudo Abdías (como es costumbre, un escritor anónimo toma el nombre de una figura conocida para revestir su escrito de la autoridad del personaje, en este caso Abdías, compañero de San Simón y San Judas, apóstoles) describe la pasión del apóstol Santiago.
Enlazando con la Escritura, da fe de que hacia el año 44, estando en Palestina, fue torturado y decapitado por Herodes Agripa, con la expresa prohibición de que fuese enterrado. La leyenda dice que sus discípulos trasladaron su cuerpo durante la noche hasta la orilla del mar, donde había una barca preparada para navegar aunque sin tripulantes. Allí fue colocado el cuerpo del apóstol en un ataúd de mármol y, tras larga singladura guiada por una legión de ángeles, llegó hasta Iria Flavia, la capital de la Galicia romana.
Allí, al llegar a Galicia fue recogido por unos discípulos que condujeron el cuerpo en una carreta de bueyes hasta el lugar indicado, donde finalmente lo encontró Teodomiro.
Las persecuciones romanas de los primeros siglos hicieron que se dejase de visitar el lugar, y, con el tiempo, se olvidó la existencia del mismo
En el siglo VII, a través de una nota en el Breviario de los Apóstoles, erróneamente atribuido a San Jerónimo, se señala a Santiago como el evangelista de España. Cuentan las crónicas de los primeros años de la cristiandad que a él le fueron adjudicadas las tierras españolas para predicar el Evangelio, y que en esta tarea llegó hasta la desembocadura del río Ulla. Sin embargo con poco éxito y escaso número de discípulos, por lo que decidió volver a definitivamente a Jerusalén.
La idea de la evangelización de España por Santiago aparece también incluida en un texto del mismo siglo, atribuido a Isidoro de Sevilla.
Muy adelante, en el año 813 el eremita Pelayo comunicó que había oído cánticos y observado resplandores en el bosquecillo donde la leyenda afirmaba que se encontraba la tumba del apóstol. Desde entonces, el lugar recibiría el nombre de Campus Stellae, o Campo de la Estrella, origen del actual nombre de Compostela.
El obispo de Iria Flavia, Teodomiro, siguiendo las instrucciones de Pelayo visitó el lugar y descubrió los restos del apóstol, autenticados por la leyenda del ataúd de mármol. Informado el rey Alfonso II el Casto, lo puso en conocimiento del Papa y edificó un pequeño templo martirial que albergaba en su cabecera el ataúd convertido ya en mausoleo. Así pues, tanto la Iglesia como la monarquía astur-leonesa legitimaron el hallazgo, y todo el orbe cristiano lo dio por válido.
A partir de esta declaración oficial los milagros y apariciones se repetirían en el lugar, dando lugar a numerosas historias y leyendas destinadas a infundir valor a los guerreros que luchaban contra los avances del islam y a los peregrinos que poco a poco iban trazando el Camino de Santiago.
La leyenda de la batalla de Clavijo
Durante el reinado de Ramiro I, (muerto en 850), los moros reclamaron el tributo de las cien doncellas (cincuenta hidalgas y cincuenta plebeyas) que tenían impuesto a los reinos cristianos del norte. Ramiro I, no quiso entregarles las cien doncellas y se enfrentó con las tropas moras en Clavijo donde en la víspera de la batalla, según la tradición, se le aparece en sueños el apóstol Santiago.
Santiago le comunica que ha sido designado por Dios como Patrón de las Españas. Santiago anima a Ramiro al combate y le pide que lo invoque.
Los españoles dan batalla al grito de "¡Dios ayuda a Santiago!", pero las cosas no iban bien para los cristianos que estaban al borde de la derrota cuando de repente saliendo de una nube de polvo, apareció una figura grande y noble a caballo. En sus manos sostenía una bandera blanca que, agitada por la brisa, revelaba una cruz roja.
"¡Santiago y cierra España!" (Santiago y unifica España) gritó el desconocido, mientras cargaba sin temor contra los árabes, agitando su espada. Este guerrero, que se dice que era el propio Santiago, aterrorizó a los árabes, que dejaron caer sus armas y huyeron presas de pánico. Mataron más de 5.000 moros, y James se hizo conocido como "Matamoros".
A partir de ese momento, ese grito de guerra fue adoptado por todos los soldados cristianos mientras luchaban para expulsar a los árabes de España. Se convirtió en la motivación que el Ejército español necesitaba para detener la invasión y liberar sus tierras.
En el s. XI surgió el mito que convirtió a Santiago en patrón de la reconquista española. Santiago ejerció una fuerte atracción sobre el cristianismo de Europa, sirviendo para que caballeros europeos vinieran a España para ayudar a reconquistar la península. Compostela fue centro de peregrinaciones multitudinaria, en las que acudieron reyes, príncipes y santos.
En los s. XII y XIII, época en que se escribió el "Códice Calixtino"; primera guía del peregrino, la ciudad alcanzó su máximo esplendor. El Papa Calixto II concedió a la Iglesia Compostelana el "Jubileo Pleno del Año Santo" y Alejandro III lo declaró perpetuo, convirtiéndose Santiago de Compostela en Ciudad Santa, junto a Jerusalén y Roma. El Año Santo se celebra cada vez que la festividad del Apóstol, el 25 de Julio, cae en domingo.
3.- Santiago y España
Hay que distinguir, en la relación del apóstol Santiago con España, tres cuestiones distintas:
3.1.-la evangelización de la península por el apóstol, y
3.2.-la existencia de su tumba en tierras de Galicia.
3.3.-Santiago como símbolo político
3.1.-la evangelización de la península
Respecto a la primera cuestión, parece muy improbable que alguien que murió en Jerusalén cuando apenas había pasado poco más que una década de la Pascua de Jesús, haya tenido tiempo de evangelizar España. Abundarían en esta idea las palabras de Pablo a los Romanos [“cuando me ponga en camino hacia España, espero veros al pasar y, después de haber disfrutado un poco de vuestra compañía, que vosotros me encaminéis hacia allá” (Rom 15,21)], citadas anteriormente.
La evangelización de España por Santiago no pasa de ser una bella fábula que no resiste la menor crítica histórica, porque, en definitiva, resulta imposible aceptar como histórico un hecho para el que la mención más cercana está separada seis siglos de ese hecho; como ya lo señalara en el propio siglo VII san Julián de Toledo.
3.2.-la existencia de su tumba en tierras de Galicia
La segunda cuestión, el hecho de que los restos de Santiago descansen en España, es un asunto independiente a la anterior, difícil de probar, pero no imposible de aceptar.
Según una tradición cuya primera mención es del 830, las reliquias del santo fueron trasladadas primero a Iria Flavia (actualmente Padrón, en Galicia), y más tarde a Compostela, tal como hemos relatado anteriormente, en torno a las cuales surgió el santuario que, junto con san Pedro y los Santos Lugares, iluminó la vida religiosa europea en el Medievo, y aún irradia influencia religiosa. No obstante, entre el enterramiento primero y el posterior traslado desde la ubicación original a Compostela, las reliquias estuvieron un tiempo perdidas, por lo que es difícil asegurarse de la identidad material entre unas y otras.
La cuestión parece que debe quedar abierta, y hay tantas opiniones españolas que afirman a rajatabla esa identidad, como opiniones, generalmente no españolas, que la niegan. Una bula del Papa León XIII, del 1 de noviembre de 1884, asegura al Obispo de Compostela la identidad de las reliquias que hay allí con Santiago Apóstol «y sus discípulos Atanasio y Teodoro».
Tampoco debe despreciarse, a los efectos de garantizar la autenticidad de unas reliquias, el “sensum fidei” del pueblo cristiano, que siempre es sostenido y alentado por el Espíritu Santo.
3.3.-Santiago como símbolo político
Santiago resultó ser un eficaz símbolo y vínculo de unión de los diversos grupos hispánicos en su lucha contra los musulmanes, sobre todo en relación a la «batalla de Clavijo».
Los historiadores están de acuerdo en que la batalla nunca sucedió. Los aspectos de la histórica Batalla del Monte Laturce (859) se incorporaron a esta leyenda de la batalla de Clavijo, como demostró Claudio Sánchez-Albornoz en 1948.
Pero, con independencia del hecho histórico en sí, la leyenda de la supuesta batalla ha proporcionado uno de los íconos ideológicos más fuertes en la identidad nacional española: .Santiago Matamoros”
Santiago Matamoros es el nombre dado a la representación plástica del apóstol Santiago el Mayor en su aparición legendaria y milagrosa en la Batalla de Clavijo, el 23 de mayo de 844, luchando en lado cristiano contra los moros musulmanes de Abderramán III.
La Orden de Santiago, orden española de caballería, se origina en la supuesta participación de Santiago en la batalla de Clavijo.
Desde entonces, la lucha de los ejércitos españoles se ha hecho siempre al grito de ¡Santiago y cierra España!. Esta advocación y el santuario de Compostela como polo de atracción fueron fuerzas espirituales poderosísimas que ayudaron decisivamente a la formación de España. La imagen de Santiago Matamoros es característica en muchas iglesias españolas.
4.- El camino de Santiago
La tradición prosigue con el azaroso viaje del cuerpo de Santiago, que es transportado en carro hasta el bosque de Libredón, lugar en que los bueyes se negaron a continuar. Este hecho debió ser tomado como una señal divina y fue elegido como lugar de enterramiento.
Para entender el largo viaje emprendido por sus discípulos desde Palestina a las costas gallegas para dar sepultura al cuerpo de su maestro, tenemos las afirmaciones de San Jerónimo que ratifica que fue establecido, al disponerse la salida de los Apóstoles hacia todos los rumbos de la tierra, que al morir: “Cada uno descansaría en la provincia dónde había predicado el Evangelio".
Posteriormente, en el Breviario de los Apóstoles, de finales del siglo VI, se habla de la predicación de Santiago en España y de su enterramiento en el Arca Marmárica. La tradición oral se encarga de difundir el portento y en la segunda mitad del siglo VII, Beda el Venerable describe con meticulosa precisión la localización exacta del cuerpo del Apóstol en Galicia.
Aunque la invasión árabe y los tumultuosos cambios políticos, sociales y religiosos que acarrearon en el país, silencian durante un tiempo la incipiente tradición jacobea en España, pronto resurge, a finales del siglo VIII de la pluma del célebre Beato de Liébana que escribe:
¡Oh Apóstol, dignísimo y santísimo
cabeza refulgente y dorada de España
defensor poderoso y Patrono nuestro!.
4.1.-Descubrimiento del sepulcro.
Tras la batalla de Covadonga, se asienta en Asturias un pequeño reino que intenta recuperar el ideal unificador de la monarquía hispanovisigoda.
Uno de los principales y decisivos monarcas de este periodo inicial fue Alfonso II El Casto que reinó durante un largo periodo de tiempo (entre el año 791 y el 842). Este gran gobernante estableció la capital en Oviedo, a la que dotó de numerosos edificios públicos y construyó numerosas iglesias (Cámara Santa, San Tirso, San Julián de los Prados...) y palacios, tratando de imitar el antiguo esplendor del Toledo visigodo. Su gran logro fue consolidar la resistencia al poder musulmán de Al-Andalus. Es durante su reinado cuando se produce el milagroso descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago.
Según cuenta la Concordia de Antealtares, -el primer testimonio escrito de los hechos, datado en 1077- un ermitaño llamado «Pelayo» que vivía en Solovio, en el bosque de Libredón, empezó a observar durante las noches resplandores misteriosos. Inmediatamente informó del hallazgo a Teodomiro, obispo de Iria Flavia que marchó a aquel lugar encontrándose que esa luz revelaba el lugar donde estaba enterrada el Arca Marmárea. En el sepulcro pétreo reposaban tres cuerpos, atribuyéndolos a Santiago el Mayor y sus discípulos Teodoro y Anastasio.
Teodomiro visita la corte ovetense de Alfonso para informarle de tan fenomenal suceso. El monarca organiza un viaje a este lugar rodeado de sus principales nobles, y al llegar al citado "Campo de Estrellas" (Compostela) manda la construcción de una pequeña iglesia de estilo asturiano, que ha sido constatada por las excavaciones arqueológicas. Teodomiro traslada la sede episcopal a este lugar y muere en el año 847 (en las excavaciones arqueológicas ha aparecido su lauda sepulcral)
Desde este momento, queda establecida oficialmente la tumba del apóstol en aquel mágico lugar, cercano al cabo de Finisterre, punto situado en el extremo occidental de Europa. El camino a Finisterre era indicado desde cualquier lugar de Europa por las estrellas de la «Vía Láctea». desde antiguo se creía que allí se acababa el mundo y que el Atlántico era «la tumba del sol». Posiblemente estos hechos geográficos y astronómicos ayudaron a reforzar el magnetismo que desde entonces provocó en millones de almas la ruta jacobea.
4.2.-La consolidación política
Los siglos IX y X representan la consolidación del reino asturleonés en condiciones muy difíciles desde el punto de vista político, religioso y militar.
Por un lado la iglesia ovetense se encuentra enfrentada con la de Toledo, (famosos son los cruces dialécticos entre Beato de Liébana y Elipando de Toledo a cuenta de la herejía adopcionista) para los asturianos la iglesia de Toledo había caído en la tolerancia e incluso complicidad con ciertas creencias del Islam.
Por otro lado, Al-Andalus se había fortalecido políticamente desde la creación del Emirato primero y luego el Califato de Córdoba. Este nuevo poder peninsular quedó reflejado en numerosas incursiones militares durante los siglo IX y X, llegando a su máxima expresión en los tiempos de devastación de Almanzor.
Es por ello por lo que el enorme prestigio que proporciona la presencia de las reliquias de Santiago el Mayor, discípulo preferido de Jesús, fue hábil y rápidamente aprovechado por los monarcas asturianos y leones para consolidar su reino en oposición a Al-Andalus y para darse a conocer al resto de la Cristiandad europea.
Se hace de Santiago el abanderado de los ejércitos cristianos en las contiendas militares y se crea la leyenda de la intervención gloriosa del apóstol en la más que dudosa batalla de Clavijo. Desde entonces, los ejércitos cristianos entran en batalla con el grito:
"Santiago y cierra España"
Existen dos hechos que prueba la importancia del enclave compostelano para la monarquía asturleonesa. Por un lado, en el año 899 Alfonso III, El Magno, consagra una nueva catedral de mayores dimensiones y calidad artística que la levantada por Alfonso II. Un siglo más tarde, en el año 977 Almanzor destruye Santiago -aunque respeta la tumba- a sabiendas que se trataba del centro espiritual del enemigo cristiano.
4.3.-El apogeo del Camino en tiempos del románico
La orden de Cluny pronto se hace eco del prestigio de Compostela y durante el siglo XI promueve las peregrinaciones a Santiago. A cambio, los reyes cristianos hacen generosas donaciones a sus monasterios.
A lo largo del siglo XI la afluencia de peregrinos se intensifica y comienza la labor organizadora de los reyes para facilitar el tránsito. Se comienzan a construir puentes y hospitales en los enclaves necesarios. Comienza a establecerse una ruta principal con sus respectivas estaciones (Camino Francés).
En el año 1073 se inicia la construcción del tercer templo consecutivo sobre la tumba del apóstol, bajo mandato del obispo Peláez. Será la gran catedral románica que conocemos: un magnífico templo del "románico de peregrinación".
El definitivo espaldarazo que hace del Camino de Santiago la gran ruta de peregrinación de los siglo XII y XIII es la concesión desde Roma de los Años Santos Compostelanos, con la posibilidad de que los peregrinos obtengan la indulgencia plenaria.
La Bula Regis Aeterni concedida por el Papa Alejandro III en 1179, no hace sino confirmar privilegio concedido a Compostela por el papa Calixto II en el año 1120 por lo que serán Años Santos o Años Jubilares todos aquéllos en los que el día 25 de Julio (día de Santiago) coincida en domingo. Durante el presente s. XXI serán Años Santos Jacobeos:
2021 2027 2032 2038
2049 2055 2060 2066
2077 2083 2088 2094
Compostela aventaja claramente a la propia Roma en este aspecto. Allí los años jubilares suelen coincidir cada 25 años, en Compostela cada seis.
Las indulgencias de ambos Años Santos son las mismas, es decir, será la indulgencia plenaria o perdón de todo tipo de culpa o pena. Las condiciones para ganar el jubileo son las siguientes:
Visitar en Año Santo la Catedral de Compostela donde se guarda la Tumba de Santiago el Mayor.
Rezar alguna oración (al menos el Credo, el Padre Nuestro y pedir por las intenciones del Papa). Se recomienda asistir a la Santa Misa
Recibir los Sacramentos de la Penitencia y la Comunión, dentro del período comprendido entre los quince días anteriores y posteriores a la visita a Compostela.
En 1139 Aymeric Picaud lleva a Santiago su "Guía del Peregrino" denominado Codex Calixtinus atribuido por los monjes de Cluny al Papa Calixto II, de ahí su nombre. En él se describe el Camino de Santiago y se dan multitud de consejos para recorrerlo, a la vez que describe -de forma muy partidista, eso sí- sus lugares y gentes.
Estamos por tanto, ante la época de esplendor del Camino a Santiago. Miles de peregrinos de toda Europa, dirigen sus pasos hacia el fin del mundo conocido acompañados por su bastón y su calabaza-cantimplora. La vieira o venera conseguida en Compostela acreditará, al regreso, el éxito de la aventura.
4.4.-El declive
A partir de la peste negra que asola Europa en el siglo XIV las peregrinaciones se ven seriamente disminuidas.
Doscientos años después, la aparición del Protestantismo es otro golpe al Camino de Santiago pues el mismo Lutero disuade a sus seguidores de viajar hasta su tumba con palabras como:
«... o sea, que no se sabe si allí yace Santiago o
bien un perro o un caballo muerto...»
«... por eso, déjale yacer y no vaya allí...»
El arzobispo de Santiago en el periodo 1587-1602, Don Juan de Sanclemente y Torquemada, ante la amenaza del corsario Francis Drake que había manifestado su intención de destruir la catedral y el relicario del apóstol, ocultó sus restos llevándose el secreto a la tumba.
Éste y otros motivos consiguen que, durante los siguientes dos siglos, las peregrinaciones a Compostela entran en una atonía tal que según cuentan las crónicas, el 25 de julio de 1867 tan solo habían acudido a Compostela unas pocas decenas de peregrinos.
4.5.-El resurgimiento definitivo
El arzobispo Payá Rico descubre los restos del apóstol en 1879 y se apresta a la aprobación de la autenticidad de las reliquias, que consigue de las autoridades eclesiásticas y científicas españolas de la época y que ratifica el propio Papa León XIII en su Bula Deus Omnipotens.
Sin duda es el último cuarto del siglo XX cuando verdaderamente se produce el resurgir de las peregrinaciones a Santiago. No cabe duda que parte del éxito de los últimos años se debe a razones de promoción turística de la que ha intensamente sido objeto. Pero también es incuestionable que la ruta jacobea se ha ganado su prestigio actual gracias a su valor eminentemente espiritual, justamente en una sociedad progresivamente enferma de materialismo.
En 1993 el Camino de Santiago fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.( Emilio García Lozano, Origen e Historia del Camino de Santiago)
5.- Himnos
De la liturgia de las horas, fiesta de Santiago apóstol, 25 de julio:
Santo Adalid, Patrón de las Españas,
Amigo del Señor;
defiende a tus discípulos queridos,
protege a tu nación.
Las armas victoriosas del cristiano
venimos a templar
en el sagrado y encendido fuego
de tu devoto altar.
Firme y segura
como aquella Columna
que te entregó la Madre de Jesús
será en España
la santa Fe cristiana,
bien celestial que nos legaste Tú. (Bis)
¡Gloria a Santiago,
Patrón insigne!
Gratos, tus hijos,
hoy te bendicen.
A tus plantas postrados te ofrecemos
la prenda más cordial de nuestro amor.
¡Defiende a tus discípulos queridos!
¡Protege a tu nación!
Litúrgia de la horas (II Visperas)
6.-Oraciones a Santiago
Oración corta a Santiago Apóstol
Dios Todopoderoso y Eterno,que consagraste los primeros trabajos de los Apóstoles con la sangre de Santiago,haz que por su Martirio sea fortalecida tu Iglesiay se mantenga fiel a Cristo hasta el Final de los Tiempos...Amén.
Oración larga a Santiago Apóstol
¡Gran Apóstol Santiago, familiar cercano de nuestro Señor y aún más cercano a Él por lazos espirituales!Al ser llamado por Él entre los primeros discípulos y ser favorecido con Su especial intimidad, tú respondiste con gran generosidad, dejándolo todo para seguirle a la primera llamada. También tuviste el privilegio de ser el primero de los Apóstoles en morir por Él, sellando tu predicación con tu sangre.“Atronador” en el entusiasmo en la tierra desde el cielo, te has mostrado defensor de Su Iglesia una y otra vez, apareciendo en el campo de batalla de los cristianos para derrotar y dispersar a los enemigos de la Cruz, y llevar a los descorazonados Creyentes a la Victoria. Fuerza de los Cristianos, refugio seguro de aquellos que te suplican con confianza, oh, protégenos ahora en los peligros que nos rodean.Que por tu intercesión, nuestro Señor nos conceda Su Santo Amor, filial temor, justicia, paz y la victoria sobre nuestros adversarios, tanto visibles como invisibles, y sobre todo, que un día nos conceda la felicidad de verlo y tenerlo con nosotros en el cielo, en tu compañía y la de los ángeles y santos para siempre.Amén.
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