La huida a Egipto
2. La historia
3. Los textos
4. La leyenda
5. La iconografía
6. Reflexión teológica
7. Oración
1.-Introducción
El Evangelio de Mateo revela un hecho singular en los relatos de la infancia de Jesús. Apenas nacido, unos magos de Oriente se dirigen a Herodes para preguntarle dónde había nacido el rey de los judíos, pues “hemos visto su estrella y venimos a adorarle”. Recibida la pertinente información, Herodes les pide que vayan a Belén y, tras haberle encontrado, se vuelvan a pasar por su palacio para informarle, pues también él quería adorarle. Al volver, los magos recibieron en sueños información de las verdaderas intenciones de Herodes y partieron hacia su país sin revelar al tirano el paradero del Niño (Mt 2,1-11).
El temor de lo que podía representar para la estabilidad de su cargo dentro del imperio romano la existencia de un futurible “rey de los judíos” y el desaire sufrido enfureció al gobernante de Palestina, que, deseando acabar de raíz con cualquier peligro futuro, da la orden de matar a los niños menores de dos años existentes en Belén. (Mt 2,16).
El tema presente trata de la aventura de la Sagrada Familia cuando, tras una advertencia del ángel del Señor a José, éste coge a María y al Niño y huye a Egipto.
2.-La historia
José cumplió esta orden y de noche con la Virgen María y el niño Jesús partió hacia Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes
Dado que la historia de Mateo es muy corta, los artistas buscaron detalles en otras fuentes. Por un lado, los escritos apócrifos enriquecieron los episodios del viaje de la Sagrada Familia con detalles que, con más detenimiento, se verán en el punto 4.-La Leyenda.
La muerte de los niños inocentes, y
El regreso de Egipto
y esta distinción dio lugar, naturalmente, a un gran enriquecimiento de la imaginería popular.
La historia de lo que sucedió inmediatamente después de la adoración de los Reyes Magos no sólo es brevemente tratada en los Evangelios, sino que lo poco que se habla de ella se hace de forma inconsistente. Las versiones de la historia, relatadas por Mateo y Lucas, son difíciles de conciliar cronológicamente, pues mal se lleva la urgencia de la huida de Nazaret, tal como la cuenta Mateo, con el cumplimiento estricto de la ley mosaica, que exigía el exacto cumplimiento de unos plazos y unos ritos: circuncisión del niño a los ocho días, presentación del mismo al templo y observación de un periodo de cuarenta días para la purificación de María.
Esta historia de la Huida a Egipto se reflejó en los escritos cristianos primitivos y en la literatura apócrifa contemporánea. Pero si en el primer caso, no hay más que una simple repetición de ciertos detalles del texto evangélico canónico, o, como mucho, de unos simples comentarios exegéticos más detallados, en el segundo, se intenta completar los eventos no mencionados en el Evangelio con una gran libertad imaginativa
Las fuentes apócrifas, en contraste con los textos canónicos, contienen una descripción de numerosos detalles y milagros asociados con la huida a Egipto. Aunque en el primero de los evangelios de la infancia, el Protoevangelio de Santiago (c. 150), apenas menciona esta historia, hay descripciones más detalladas del camino recorrido hasta Egipto contenidas en el Evangelio de Pseudo-Mateo (siglo IV) y el Evangelio árabe de la Infancia del Salvador (siglo VI).
El sueño de José y la huida a Egipto. Mosaico del exonarthex del templo del monasterio de Khor (Kahriye-jami) en el campo K. siglo XIV
3.-Los textos
Es posible que en la intención teológica general de Lucas al escribir --esa constante alabanza a Dios en sus primeros capítulos del Evangelio-- no encajara este episodio, que describe la ira impotente de Herodes y, así, "la Huida a Egipto" quedó fuera de la narración
Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos. Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías: «Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos y rehúsa el consuelo, porque ya no viven».
(Mt 2, 13-23)
Escapar a Egipto. Copto. icono. siglo XVIII
(t. al-Mualaka en El Cairo)
Por ejemplo, este pasaje de la huida a Egipto de Jesús y su posterior vuelta a Nazaret parece anticipado, tanto por la biografía de Moisés –que milagrosamente logra exiliarse de la ira de Faraón—como por la profecía de Oseas: “Cuando Israel era joven lo amé, y de Egipto llamé a mi Hijo” (Os 11,1).
4.-La leyenda
Esta historia de la Huida a Egipto se reflejó en los escritos cristianos primitivos y en la literatura apócrifa contemporánea. Pero si en el primer caso no hay más que una simple repetición de ciertos detalles del texto canónico o, como mucho, unos simples comentarios exegéticos más detallados, en el segundo se intenta completar los eventos no mencionados en el Evangelio con una gran libertad imaginativa.
• Evangelio del pseudo-Mateo
• Evangelio de la natividad de María
• Extractos del Liber de infantia Salvatoris (cód. Arundel 404 del British Museum)
• Evangelio Secreto de la Virgen María
• Otros apócrifos de la Natividad
• Evangelio árabe de la infancia
• Historia de José el carpintero
• Evangelio armenio de la infancia
• Liber de Infantia Salvatoris
(ms. lat. 11867 de la Biblioteca Nacional de París)
(tomado de https://es.wikipedia.org/wiki/Evangelios_ap%C3%B3crifos#Evangelios_de_la_Infancia, 26.12.2022)
No obstante las limitaciones que el carácter no canónico da a cualquier pretensión de veracidad, los Padres utilizaron en sus escritos motivos obtenidos directamente de estos texto (p.e. se conoce que Cirilo de Jerusalén dice que Cristo fue a Egipto para aplastar los ídolos hechos por manos humanas). Más aún, algunos fueron incorporados a la liturgia del tiempo navideño.
Como es un verdadero deleite recrearse en la lectura de estos hechos extraordinarios que iluminan los años de la infancia de Jesús pasados forzosamente fuera de su tierra de Galilea, vamos a reproducir algunos de los más conocidos, tomados de el Evangelio de Pseudo-Mateo, que da cuenta de la huida a Egipto entre sus párrafos XVIII y XXV. En ellos narra numerosos hechos extraordinarios, fuentes de posteriores leyendas: describe cómo los dragones adoran al Niño Jesús (XVIII); cómo leones y leopardos guían la caravana (XIX); cómo la palmera da sombra a la familia sagrada (XX y XXI); o la milagrosa reducción del tiempo en el difícil viaje a una tierra lejana (XXII).
++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++Los leones hacían camino con ellos y con los bueyes y los asnos y las bestias de carga que llevaban los equipajes, y no les causaban ningún mal, sino que marchaban con toda dulzura entre los corderos y las ovejas que José y María habían llevado de Judea, y que conservaban con ellos. Y andaban también por entre los lobos, y nadie sufría ningún mal. Entonces se cumplió lo que había dicho el profeta: “Los lobos pacerán con los corderos, y el león y el buey comerán la misma paja”. Porque había dos bueyes y una carreta en la que iban los objetos necesarios, y los leones los dirigían en su marcha (XIX)
Entonces el niño Jesús, que descansaba, con la figura serena y puesto sobre las rodillas de su madre, dijo a la palmera: “Árbol, inclínate, y alimenta a mi madre con tus frutos”. Y a estas palabras la palmera inclinó su copa hasta los pies de María, y arrancaron frutos con que hicieron todos refacción. Y, no bien hubieron comido, el árbol siguió inclinado, esperando para erguirse la orden del que lo había hecho inclinarse. Entonces le dijo Jesús: “Yérguete, palmera, recobra tu fuerza, y sé la compañera de los árboles que hay en el paraíso de mi Padre. Descubre con tus raíces el manantial que corre bajo tierra, y haz que brote agua bastante para apagar nuestra sed”. Y en seguida el árbol se enderezó, y de entre sus raíces brotaron hilos de un agua muy clara, muy fresca y de una extremada dulzura. Y, viendo aquella agua, todos se regocijaron, y bebieron, ellos y todas las bestias de carga, y dieron gracias a Dios. (XX).
Y sucedió que cuando la bienaventurada María con su Niño entró en el templo, todos los ídolos cayeron a tierra, sobre sus rostros, y fueron destruidos y quebrados, y así revelaron que no eran nada
Pero, entrando en el templo, cuando vio a todos los ídolos caídos de cara al suelo, se acercó a María, y adoró al niño, que ella llevaba sobre su seno, y, cuando lo hubo adorado, se dirigió a su ejército y a sus amigos, diciendo: Si éste no fuera el Dios de nuestros dioses, éstos no se prosternarían ante él, por lo que atestiguan tácitamente que es su Señor. Conque, si nosotros no hacemos prudentemente lo que vemos hacer a nuestros dioses, correremos el riesgo de atraer su indignación y de perecer, como ocurrió al Faraón de Egipto, que, por no rendirse a grandes prodigios, fue ahogado en el mar con todo su ejército. Entonces, por Jesucristo, todo el pueblo de aquella ciudad creyó en el Señor Dios.( XXIV.2)
4.02El-regreso-de-la-Sagrada-familia_
icono-Copto_comienzo-sigloXVIII
Así comienza el trabajo de Dª Emma Herrán Alonso “Cuatrocientos Años del Arte Nuevo de Hacer Comedias de Lope de Vega” que con singular maestría y brevedad expresa cuán grande y universal ha sido la acogida de la Huida de la Sagrada Familia por el arte en todos los tiempo.
5.-Iconografía
La escena de la huida a Egipto es un tema raro en la pintura ortodoxa. Más que hecho singular, con fuste para justificar por él mismo la trama de la tablilla, aparece frecuentemente como una escena secundaria en los íconos de la Natividad de Cristo.
Dentro de la gran narración de la Historia de la Salvación la epopeya de la Huida a Egipto aparece a modo de una leyenda contenida entre dos paréntesis canónicos, formados por los sueños de José que, además, tienen contenido en todo igual, si acaso simétrico. En el primer caso recibe las instrucciones de marchar a Egipto
y, en el segundo, de volver a casa:
Sueños cuya iconografía tiene el tema único de José en la cama con un ángel a su lado.
5.01. Aparición-de-un-ángel-a-José_
fresco--en-Atenian-Zion-c.a.1080.
La simplicidad con que Mateo toca la forzada historia de Jesús en Egipto contrasta con la riqueza y fantasía de los sucesos que los documentos apócrifos atribuyen a esta etapa de la vida de la Sagrada Familia. La iconografía se alimenta casi exclusivamente de estas fuentes apócrifas.
En Oriente, esta línea iconográfica tiene un estándar muy preciso. Los personajes principales son la Virgen María montada en un burro, el niño que sostiene en brazos y José, por lo general, conduciendo el burro. Simbólicamente, el movimiento de la procesión a Egipto está indicado por la dirección de los viajeros de izquierda a derecha y su regreso, de derecha a izquierda.
5.02.Guido_da_Siena_-_Fuga_in_Egitto_SigloXIII
En la iconografía occidental, la trama de la huida a Egipto aparece bastante tarde, a finales del siglo XIV o principios del XV. A fines del siglo XV, María con el bebé comienza a dominar la pintura y a José se le asignará un papel secundario. Abandonando toda la figuración primitiva, el periodo Barroco lo representará adulto, como un varón lleno de fuerzas físicas e intelectuales, con profusión de detalles “realistas”, ya en vestimentas, en decoración o en rasgos personales.
5.03.El_sueno_de_San_Jose_de-Vicent-Lopez-Portana_ (Museo_del_Prado)-1805
6.-Reflexión teológica
La Huida a Egipto de la Sagrada Familia está unida íntimamente a un evento de alta significación teológica: la matanza de los Santos Inocentes. Y la Historia de la Salvación, una vez más, nos abruma ante la contemplación de su unidad y sentido únicos. El designio divino que decide que Moisés escape de la ira de los egipcios, es el mismo que salva a Jesús de la suerte buscada por Herodes. El mismo Dios que saca de la esclavitud de Faraón al pueblo elegido, manda a sus ángeles para que protejan a la Sagrada familia del furor de Herodes.
¿Y cómo no ver en la vuelta/salida de Egipto a Jesús investido de la misión de sacar a su nuevo pueblo, su Iglesia, del mundo y su pecado para llevarle hacia su Reino, la definitiva tierra prometida? Este “ir a” y “volver de” Egipto es una figura tipológica de los acontecimientos últimos: Aquellos que se narran en el Apocalipsis y que hablan de la segunda venida de Cristo a la tierra, la apertura definitiva –el “ya sí”-- del Reino de Dios y la consumación de la promesa y la Alianza nueva.
Ese Dios que tan maravillosamente dirige la Historia de la Salvación permite, simultáneamente a los acontecimientos salvíficos antes considerados, el horrible sufrimiento de la matanza de los niños inocentes, los niños menores de dos años de la comarca de Belén. ¿Cómo es eso posible?
»Estar en la presencia de Dios, alabarlo sin interrupción, no es un servicio fatigoso, sino algo muy grato y codiciable; la expresión "de día y de noche" no significa propiamente sucesión del tiempo, sino que indica de modo simbólico la perpetuidad. En los atrios de Cristo "ya no existirá la noche" ( Ap 21, 25), sino un día único, más feliz que mil días en cualquier otro lugar. En ese día, Raquel ya no llorará por sus hijos, pues Dios "enjugará las lágrimas de sus ojos" ( Ap 7, 17); sino que "gritará con voces de júbilo y de victoria en sus tiendas" ( Sal 117, 15)» (San Beda el Venerable (siglos VII-VIII). Homilía sobre los Santos Inocentes 1, 10)
7.-Oración
"Tomé por abogado y protector al glorioso San José, y encomendéme mucho a él. Vi claro que así de esta necesidad, como de otras mayores, este padre y señor mío me sacó con más bien de lo que yo le sabía pedir. No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa tan grande las maravillosas mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo, de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma; de este santo tengo experiencia que socorre en todas las necesidades, y es que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra, que como tenía nombre de padre, y le podía mandar, así en el cielo hace cu anto le pide. Querría yo persuadir a todos que fuesen devotos de este glorioso santo por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios»(Teresa de Jesús, Libro de la Vida, cap. 6).
sola en el monte?
Mas quien lleva el sol
no teme la noche.
¿Dónde vais, María,
Divina Esposa,
Madre gloriosa
de quien os cría?
¿Qué hareis si el día
se va al ocaso,
y en el monte acaso
La noche os coge?
Mas quien lleva el sol
no teme la noche.
El ver las estrellas
me cause enojos,
pero vuestros ojos
más lucen que ellas;
ya sale con ellas
la noche oscura,
a vuestra hermosura
la luz se esconde;
Mas quien lleva el sol
no teme la noche