EL ICONO EN EL HOGAR
1.-La esquina "roja" (bella)
2.-Reglas generales
3.-Dónde situar el iconostasio
4.-Cómo montar las habitaciones
5.-Oración
“En casa y de viaje, en los momentos de peligro o de felicidad, el cristiano ortodoxo tiene necesidad de los iconos, tiene necesidad de mirar a través de ellos, como a través de una ventana, el mundo que está más allá del tiempo y del espacio, y de recibir la seguridad de que esta peregrinación terrena es sólo el principio de otra vida mejor y más completa" (MARÍA DONADEO, El icono, imagen de lo invisible, pág. 31,Narcea Ediciones, 1989.)
Al volver del templo a su casa, el cristiano oriental aporta el sentimiento de comunión allí sentido al hogar y a los distintos aspectos de su vida cotidiana. Cuando se acompaña al ortodoxo a su casa, la vista se conmueve ante el icono que preside el salón y, más adelante, con la presencia de los mismos en las diferentes habitaciones. Sin embargo, con su “estar hecho para la liturgia”, el icono no es un cuadro de familia colocado en la biblioteca o sobre la cómoda de la habitación. Debe tener una real función litúrgica también en casa de los fieles, significando la unión entre la liturgia y la vida, entre la asamblea reunida en el culto litúrgico y la iglesia doméstica. De esta forma, el espacio sagrado del templo es extendido hasta la casa por los iconos, donde mantiene sus funciones de enseñanza, de oración contemplativa y de comunión.
1.-La esquina roja (bella)
Tradicionalmente, en la casa rusa, incluso en las de los más humildes fieles, siempre había un rincón “bello”, bien equipado con iconos, bien situado en la perspectiva que se observa al abrir la puerta. El gesto de entrar en la casa, mirar el pequeño iconostasio del rincón “bello”, saludarle mediante la inclinación de la cabeza, hacía fácil sentirse en comunión con la santidad de la Iglesia.
El paso del tiempo no ha cambiado sustancialmente el "contenido" de la esquina roja, aun adaptándose a una sociedad cada vez más secularizada. En los momentos significativos de la vida de todo ruso el icono está presenta: recibe el icono del santo de su nombre cuando se bautiza; en su boda tendrán su icono para que presida el nuevo hogar y bendiga la nueva familia; en su muerte, el ícono de la Resurrección de Cristo le acompañará en su última morada.
2.-Reglas generales.
Es comprensible que una tradición de más de mil años en Rusia haya desarrollado toda una disciplina en el arte de colocar los santos iconos en las diferentes estancias de una casa. Las siguientes normas generales se imponen:
- Generalmente, si se puede los iconos se colocarán en la pared que mira al Este.
- Toda precedencia corresponde a los iconos del Salvador y la Virgen.
- Sobre ellos sólo la Cena del Señor o la Trinidad, en su caso.
- Los iconos de los otros santos están ubicados debajo o a los lados de la Virgen y el Salvador.
- El espacio antes de los iconos está completamente despejado.
- Los iconos no deben "acurrucarse" en los gabinetes y estantes intercalados con diferentes objetos, ni al lado de la televisión, ni en una balda de la biblioteca con libros, ni con ventiladores ni otros dispositivos electrónicos o de imagen.
3.-Dónde situar el iconostasio
La disposición del iconostasio del hogar debe permitir rezar ante él mirando al Este, como es la tradición. Si la construcción no lo hace posible, se buscará un lugar adecuado, preferiblemente exento dentro del salón, en un rincón suficientemente aislado.
Teniendo en cuenta que es Rusia la nación donde se encuentra desde el S. XIV la mayor devoción a la iconografía recibida de Bizancio, los hogares rusos suelen tener:
La imagen de El Salvador
El icono de la Virgen, ya de Vladimir, ya de Kazán.
El icono de San Nicolás, “el hacedor de milagros”.
A Cristo crucificado en la cruz griega, con cuatro clavos.
Es obligado conservar los iconos que han acompañado la vida de los presentes en el hogar: los recibidos en el bautismo y, sobre todo, el recibido el día del matrimonio.
Está cobrando importancia creciente la existencia de copias de los iconos más famosos, que llegan a los hogares a través de numerosos medios, como Internet o las revistas gráficas. Naturalmente, estas copias no gozan del aura de los originales, hechos a mano por verdaderos iconógrafos, pero su importancia no puede ignorarse, ni por el número de las mismas, ni por el hecho de que la actual sociedad es una “sociedad de la imagen”, sin retorno posible.
En estas circunstancias, el estatus del icono sagrado en los hogares dependerá más de la conciencia creyente de los fieles que del origen monástico de la imagen.
El fiel ortodoxo quiere mantenerse en el clima religioso de su Iglesia en todos los rincones de su hogar para que éste sea realmente una antesala de la morada definitiva. Por eso, además de la “esquina roja” sitúa iconos en todas las habitaciones de la casa.
4.-Cómo montar las habitaciones
Como en casi todas las manifestaciones litúrgicas de la ortodoxia, esta determinación de cuales icono deben ir en unas determinadas habitaciones, está perfectamente planificada. Así, siguiendo las normas generales antes indicadas, los iconos adecuados son:
Salon
En el salón caben los siguientes iconos:
.- Cualquier imagen del Salvador, con preferencia el Pantocrátor o El salvador en Majestad
.- Una de las vírgenes típicamente veneradas en Rusia, como la de Vladimir o Kazan
.- La Virgen se coloca siempre a la derecha de su hijo, es decir, a la izquierda del espectador.
Cocina
La cocina es no solo donde se prepara la comida, es también el comedor de diario donde la familia inicia y termina la colación con una oración. Por eso, no es difícil encontrar pequeños iconos de la Trinidad, El Salvador, la Theotokos o la Última cena.
Vestíbulo
La religiosidad innata del alma rusa, por un lado, y los problemas modernos de delincuencia y consiguiente conciencia de inseguridad, hacen que los lugares de entrada o salida de la casa se doten de iconos de los santos o patronos de especial veneración por los moradores. Por eso, en los vestíbulos se colocan iconos de:
• La Santísima Virgen de Iverers ("El Mensajero").
• Protección de la Virgen.
• Trinidad
5.-Oración
Acuérdate, oh piadosísima Virgen María,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a vuestra protección,
reclamando vuestro socorro,
o implorado vuestra clemencia
haya sido abandonado de Vos.
Animado con esta confianza,
a Vos también acudo,
¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!
y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana.
No desprecies, oh Madre de Dios,
mis humildes súplicas,
antes bien acógelas benigna y
despáchalas favorablemente.
Amén.
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