Rezando con los iconos

"Así como la lectura de los libros materiales permite la comprensión de la palabra viva del Señor, del mismo modo el icono permite acceder, a través de la vista, a los misterios de la salvación" (Juan Pablo II, Duodecimum saeculum).

Historia del icono

Mandylion

 

 

 

 

La tecnica del icono

 

 Hay unanimidad en datar los prototipos de los primeros iconos entre los siglos II y IV, que se han perdido, ya debido al paso del tiempo, ya a las luchas que alrededor de las imágenes sagradas tuvieron lugar varias veces entre los siglos IV y IX.

Una vez pasados estos años, propios del arte paleo-cristiano, los cimientos del arte iconográfico hay que buscarlos en el reinado de Constantino, cuando cesan las persecuciones contra la nueva religión y se convierte en la religión de Constantinopla, el nuevo nombre de Bizancio, donde ha instalado su capital. La fusión de las culturas romana y griega en la “nueva Roma” bajo los valores morales del cristianismo, dará lugar a la cultura que ha marcado el desarrollo y auge de Europa en estos últimos 1.700 años. En este Imperio Bizantino, desde su capital Constantinopla se desarrollará el arte del icono por todo el Oriente ortodoxo con fuerza desigual, hasta nuestros días.

 

La conversión de Constantino supuso la llegada a la Iglesia de la muchedumbre del imperio, gentes generalmente incultas, carentes de una educación que les permitiese leer o escribir, por lo que la catequesis cristiana hubo de adaptarse a estas condiciones y, así, las representaciones de los misterios de la vida de Cristo, de la Virgen y de los santos, fue haciéndos de forma visual, a través de pinturas e imágenes que, poco apoco, fueron adornado las paredes de los templos e, incluso, los altares domésticos que el religioso pueblo griego colocaba en sus viviendas

 

 

 

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