10     PRESENCIA DE LO RELIGIOSO CRISTIANO EN AUTORES
        DE LAS VANGUARDIAS PICTÓRICAS (siglos XIX a XX).

Sabina CUERVA MARTÍN
(Colaboración de Elena Fdez.Morell yAna B. García Naveros)

 
Nana;    canta: Estrella Morente
1. Vanguardias pictóricas europeas (conjunto). Obras religiosas.
1.1. Impresionismo y postimpresionismo. (Millet. Van Gogh. Gauguin. Degas)
1.2. Fauvismo y expresionismo. (Rouault. Delacroix. Matisse. Picasso. Guttuso)
1.3. Surrealismo. (Dali. Chagall)


2. Semblanza especial de dos vanguardistas.
2.1.Van Gogh.
2.2.Dali

3. La religiosidad en la obra de cuatro vanguardistas españoles
3.1.Sorolla
3.2.Benlliure
3.3.Vázquez Díaz
3.4.Zuloaga)

4. BIBLIOGRAFÍA

Con la llegada de una noción secular y universal del arte, aunque no sectaria, en la Europa Occidental del siglo XIX, el arte antiguo y medieval cristiano empezó a ser coleccionado teniendo en cuenta la apreciación artística más que la adoración; mientras tanto el arte cristiano contemporáneo fue considerado marginal.

El siglo XX ha sido la etapa de la historia del arte que más ha corrido en la sucesión de estilos y tendencias artísticas, de forma que encontramos numerosas en un espacio de tiempo relativamente corto. Algunos artistas de dilatada vida profesional han pasado por diversas fases, abrazando diferentes estilos cuando surgían y abandonándolos por otros nuevos cuando lo consideraban conveniente.

En general podemos decir que todas estas vanguardias presentan una gran originalidad, los pintores representativos de todos estos movimientos estaban permanentemente ensayando e investigando nuevas formas, materiales, conceptos, etc. Algunos eran figurativos (reflejan la realidad más o menos fielmente) y otros abstractos (se apartan de ella).


odos buscan la creatividad artística en base a la originalidad y la libertad.

Esta etapa artística de las vanguardias corresponde a un periodo muy convulso de la historia, Primera Guerra Mundial, Revolución Rusa y triunfo del comunismo, enfrentamiento absolutismo – liberalismo, rivalidad colonial entre potencias europeas, etc. Un mundo en crisis revitaliza el arte y su expresión ya que conciencia al artista y le convierte en inquieto buscador de cosas nuevas y provocadoras, reaccionando contra las injusticias que le rodean.

¿I 
ncluyeron estos movimientos alguna perspectiva religiosa y explícitamente cristiana?

La pintura religiosa (especialmente la de signo expreso cristiano) no abunda en la producción de los autores de esas vanguardias, pero existe en casi todas y debe reconocérsele un alto valor. Vamos a reseñar, en conjunto, setenta obras de carácter religioso en la producción de quince artistas. Sin embargo, la Iglesia católica, hasta muy entrado el siglo, fue reticente en admitir este tipo de pintura.

Intentaremos esquematizar y mostrar algunas de las principales vanguardias pictóricas con sus autores y obras más destacados, particularmente en el terreno de la religiosidad que nops ocupa en este libro.

 
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1. Vanguardias pictóricas europeas (conjunto). Obras religiosas.

No es fácil hacer una síntesis de estos movimientos vanguardistas (bastantes de los cuales se entrelazan en un mismo artista); es preferible, por eso, intentar sobre todo una consideración individualizada de cada autor, situándolo en la línea artística que más lo caracteriza.


ste apunte se limita a señalar, sobre todo, el aspecto religioso de su creación.

 
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1.1. Impresionismo y postimpresionismo. (Millet. Van Gogh. Gauguin. Degas)

a) Impresionismo y postimpresionismo.

Se destaca intensamente la realidad inmediata en sus colores máximos; el sentimiento del artista se integra en el contenido que pinta, sin atender demasiado a las formas. La pintura es una representación espontánea y directa –y un tanto idealizada- del mundo; el autor quiere reproducir –para el espectador- su propia percepción visual (la luz y el color, sobre todo) en un momento determinado.


epresentantes:

Jean François MILLET. , 1814 (Barbizon) – 1875 (Gruchy)

Se puede considerar como iniciador del impresionismo más intimista. Profundo sentido de la naturaleza y del faenar en el campo; de costumbres campesinas y carácter rudo, profesa admiración por la gente humilde.

Obras religiosas siognificativas:

El sembrador. 1850. Museo de Bellas Artes. Boston
El Ángelus. 1859 (Ver análisis de la obra).

Vincent W. VAN GOGH , 1853 (Zundest. Holanda) – 1890 (Auvers-sur-Oise. Francia)


rincipal exponente del postimpresionismo.

Persona de carácter difícil y depresivo, con crisis agudas (que obligan a internarlo en centros de terapia mental). Profundamente religioso (protestante), apasionado por la figura de Jesús (leyó mucho La vida de Jesús de Renán); se hizo pastor evangélico y fue enviado como misionero a la región minera de Bélgica (por dos años). Predica el amor cristiano.


u pintura –impresionista- destaca por los colores vivos y la luz y, al mismo tiempo, por la abstracción.

Interpreta el misterio cristiano con cierta reserva motivada por la prohibición calvinista de representar pictóricamente la divinidad, pero sus obras religiosas tienen un tono consolador. Como pintor, se siente inmerso en el acto creador de Dios.

Obras religioso cristianas destacadas:

La resurrección de Lázaro. 1890. Van Gogh Museum de Amsterdam
El buen samaritano. 1890. Otterlo, Kröller-Müller Museum
Naturaleza muerta con Biblia. 1885 (La Biblia está abierta por Isaías,53: canto del Siervo sufriente)
Piedad. 1889. Museos del Vaticano.

Paul GAUGUIN , 1848 (París) – 1903 (Islas Marquesas)

Su vida aventurera es un trasiego de lugares (desde la prematura salida de Francia); siempre en busca de un lugar ideal alejado de Europa y de los convencionalismos tradicionales: Perú (Lima), El Caribe (Panamá), París de nuevo, intento de convivencia con Van Gogh, Tahití (en donde encuentra “su paraíso”)… Perseguido y empobrecido por defender a los nativos.

Su pintura tiene un estilo original dentro de un impresionismo realista y de un primitivismo compositivo, con una gran libertad en los motivos y paisajes. Emerge en ella un trasfondo religioso sobre el que parece descansar el artista.

Obras religiosas destacadas:

Autorretrato con Cristo al fondo. 1889. Museo D´Orsay. Paris
Cristo en el huerto de los Olivos (con autorretrato). 1889. West Palm Beach Norton Gallery and School of Fine Art.
El Cristo amarillo. 1889. Buffalo. Museo Albright-Knox
El Cristo Verde (Calvario bretón o Piedad). 1889. Bruselas Museos Reales de Bellas Artes
Adán y Eva (el Paraíso perdido). 1889. New Haven. Yale University Art Gallery
Mujer bretona orando. 1894. Williamstone (Massachusets).

Edgar DEGAS , (1834 – 1917. París).

La Crucifixión. 1861

(No consta pintura religiosa en los impresionistas Edouard Manet (1832- 1883), Claude Monet (1840-1926), Pierre-Auguste Renoir (1841-1919) y otros.


n España, con un estilo propio y excepcional: Joaquín SOROLLA (ver más adelante)

.
 
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1.2. Fauvismo y expresionismo. (Rouault. Delacroix. Matisse. Picasso. Guttuso)

Se destaca intensamente la realidad inmediata en sus colores máximos; el sentimiento del artista se integra en el contenido que pinta, sin atender demasiado a las formas. La pintura es una representación espontánea y directa –y un tanto idealizada- del mundo; el autor quiere reproducir –para el espectador- su propia percepción visual (la luz y el color, sobre todo) en un momento determinado.


Principales representantes:


Georges ROUAULT , 1871 – 1958 (París).

Persona de gran religiosidad católica (por influencia de Leon Bloy). Se inicia como artífice de vidrieras. Estilo original fauvista y expresionista. Tiene pocas obras explícitamente religiosas, pero considera que todo arte verdadero tiene un sentido religioso amplio.

Obras religiosas destacadas:

La Pasión. Crucifixión. 1936
El Niño Jesús entre los doctores. 1894
Camino del Calvario. 1891
La Santa Faz. 1933
Nazareth.
Jesús cura a un ciego.
Jesús escarnecido.


tros autores (dentro del espíritu fauvista) con obras de carácter religioso.

Eugene DELACROIX , (1798. Charenton – 1863. París)..

En un neoclasicismo influido por Goya, abierto a las vanguardias e inspirador de ellas.

Lucha de Jacob con el ángel. 1855. Iglesia de San Sulpicio. París
La Virgen de las Mieses. Iglesia de Orcemont
Cristo en el mar de Galilea. 1854
La libertad guiando al pueblo. 1830. Museo del Louvre.

Henri MATISSE , (1869. Cateau-Cambrésis. 1854).

Capilla del Rosario de las Dominicas de Vence. (1950)

Pablo PICASSO , (1881. Málaga – 1973. Mougins).

En el cubismo.

La Crucifixión. 1930. Museo Pablo Picasso. París
Cristo crucificado. 1896-97. Museo Picasso. Barcelona.
La Primera Comunión
Ciencia y caridad. 1897. Museo Picasso. Barcelona

Renato GUTTUSO , (1941. Roma).

Crucifixión. Galleria Nazionale d´Arte Moderna e Contemporanea. Roma

 
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1.3. Surrealismo. (Dali. Chagall)

Expresión simbólica y fantástica –onírica- de la propia experiencia psicoanálitica o histórica del artista, llevando al hombre al encuentro de una parte de la realidad por los sueños, recurriendo –cuando procede- a bellísimos elementos figurativos. (El abstraccionismo prescindirá de estos elementos).).

Representantes máximos:


Salvador DALÍ , (ver más adelante) .


Marc CHAGALL , 1887 (Vitebsk. Bielorrusia) – 1985 (Saint-Paul de Vince. Francia) .

Judío ruso no precisamente religioso, sitúa la mayor parte de su creación en Francia. Perseguido por el nazismo, consigue emigrar a América. Gran parte de sus obras tiene el trasfondo del holocausto judío y se expresan con la simbología surrealista y la atención al mundo judío y, a la vez, a la esperanza cristiana. Es un caso excepcional de pintura cristiana desde el judaísmo, especialmente por su fuerte interpretación de la Pasión de Jesús. Se incluyen pinturas suyas en las catedrales de Reims y de Fraümunster (Zurich).

Obras significativas de carácter religioso:

Exodo. 1952-66. Colección privada de los hermanos del pintor.
La impugnación. 1943. Idem.
Crucifixión blanca. 1938. Art Institute of Chicago
Crucifixión (litografía). 1951-52
Soledad. 1932. Tel Aviv Museum
Judío orando. 1914. Venecia. Museo d´Arte Moderno
Ilustraciones de la Biblia (Antiguo Testamento). Reedición de la Biblia de A. Vollard.

 
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2. Semblanza especial de dos vanguardistas

 
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2.1.Van Gogh

Vincent Willem VAN GOGH

Su tesón y las ganas de trabajar, más de 800 cuadros en nueve años como pintor, a lo largo de su corta vida son encomiables y definen claramente la biografía de este magnífico pintor neo-impresionista.


in embargo, Van Gogh no fue “nadie” mientras vivió, y murió olvidado por casi todos.

Era el mayor de seis hermanos, Vincent Willem Van Gogh nació en Zundert Brabante Septentrional, el 30 de marzo de 1853, era hijo de un austero y humilde pastor protestante holandés, Theodorus van Gogh y de Anna Cornelia Carbentus.

Recibió al nacer el nombre de un hermano suyo fallecido justamente un año antes, razón ésta quizás que le habría de llevar a ciertos conflictos consigo mismo y le marcaría ya una compleja personalidad.

Fue muy temperamental desde su infancia y siempre buscó la muerte, pero a través de la vida. Durante la infancia asistió a la escuela de manera discontinua e irregular y, aunque no fue buen estudiante, allí fue donde empezó a aficionarse a la pintura.

Durante toda su vida se enorgulleció de ser un un pintor autodidacta cuyo aprendizaje se inicia tardíamente copiando de láminas de dibujo y pasando más tarde a copiar del natural.

A su vuelta de Inglaterra se obsesionó con La Biblia, quiso hacerse teólogo y estudió para ello en la Universidad de Leiden. Tras fracasar en su intento de seguir la carrera eclesiástica y sufrir varios desengaños sentimentales, se trasladó en 1886 a París, donde residía su hermano Theo. Allí entró en contacto con Emile Bernard, Toulouse-Lautrec gracias a su hermano, será presentado también a Monet, Sisley, Seurat…

En 1888 Vincent abandona París y en búsqueda de soledad, se instala en Arlés donde se va a vivir a la “casa amarilla”. Entabló una amistad con Gauguin y compartió taller con él momento en el que las obras de los llamados “puntillistas” ejercerá una importante influencia sobre él. Pero pronto comenzarán las tensiones entre ambos; una noche Van Gogh ataca a Gauguin con una navaja de afeitar, éste se marcha y Vincent se corta una oreja. Este ataque de enajenación mental, originado en teoría por la esquizofrenia, el alcohol y la epilepsia, dará lugar a que, por petición de algunos ciudadanos, sea internado en el hospital de Arlés y más tarde en el asilo de Saint-Paul-de-Mausole, cerca de Saint-Remy. No obstante, Van Gogh continuará pintando y comienza a realizar copias o interpretaciones de obras de Millet y Delacroix.

La influencia de Van Gogh en el postimpresionismo, expresionismo, fauvismo y los principios del arte abstracto fue enorme, y se puede notar en muchos otros aspectos del arte del siglo XX.

Tras una última crisis marcha en 1890 a Auvers, cerca de París, donde no deja de pintar hasta que el 29 de julio se suicidara de un tiro. Murió en julio de 1890, cuando contaba tan sólo 37 años

Van Gogh era consciente de los impedimentos que la enfermedad suponía para él. Después de su última recaída y fruto de una gran admiración hacia algunos pintores, Vincent Van Gogh pintó algunos cuadros de temas piadosos y reinterpretará una serie de obras de Rembrandt, Millet , Delacroix…

Fruto de esto son por ejemplo “Los campesinos durmiendo la siesta” y “El sembrador” (según Millet); “La resurrección de Lázaro” (según Rembrandt)… Entre este abanico de obras de grandes maestros se encuentra también: “El buen samaritano” (según Delacroix).


laramente se deduce que no era un tema que le llamara la atención. Las razones podrían ser:

La religión protestante a la que él pertenecía prohibía hacer reproducciones de la divinidad, para evitar caer en la idolatría a sus fieles, y aunque esta circunstancia puede que no sea el motivo principal de su negativa, las ideas iconoclastas recibidas desde su infancia pudieron influir de alguna manera en que el artista no se interesase demasiado por estos temas.

En Arlés, bajo la influencia de Gauguin, pintó algún cuadro imaginado y en Saint Rémy pintó de memoria "Recuerdos del Norte", pero su obra de temas profanos inspirada en su imaginación es escasa. Estimulado por Bernard, deseaba pintar cuadros nocturnos, pero no pudo realizarlos hasta que encontró la forma de copiar del natural. Finalmente intentó en dos ocasiones pintar "Jesús en el Huerto de los Olivos" y en ambas ocasiones tuvo que desistir porque "... no hay que hacer figuras de esta importancia sin modelo", (cartas 505 y 540, de Julio y Septiembre de 1888).

Según Van Gogh, Gauguin, Bernard y él, intentaban hacer una pintura más "Consoladora", pero esta intención tenía enfoques y raíces muy diferentes entre Van Gogh y sus amigos.

Delacroix era para Van Gogh “el colorista más grande de todos”, lo que supuso una constante atracción por este artista a raíz del interés experimentado por Vincent hacia las teorías del color. La riqueza cromática de Delacroix está presente en la interpretación de Van Gogh, pero los colores se han vuelto más tostados y se combinan colores cálidos y fríos con una maestría excepcional. Las fuertes pinceladas de la pintura de Van Gogh dan una nueva vida a la escena, una expresividad y una intensidad que confieren al modelo nuevos matices de “modernidad”. Los contornos del dibujo de Delacroix se ven en la nueva obras transformados en líneas quebradas.

El cuadro fue pintado en un momento de sufrimiento del pintor. Resulta curioso que las veces que Van Gogh acudió a la temática religiosa fue casi siempre de la mano de otros artistas y, aún así, espoco frecuente en la pintura del artista.

En 1889 y 1890 pinta también “La Pietá” (según Delacroix) y “La resurrección de Lázaro” (según Rembrandt) además del ya analizado del “Buen Samaritano”, y La Resurrección de Lázaro (Vincent Van Gogh)

Las tres obras nos presentan una misma imagen, una escena de sufrimiento, de muerte, de enfermedad pero que espera una resurrección, una salvación. En el primer caso Jesucristo muerto, pero que resucitará; en segundo lugar Lázaro muerto verá también la resurrección y finalmente, el hombre herido de la parábola, gracias al buen samaritano, será salvado de la enfermedad y de la muerte.

 
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2.2. Dalí

Salvador DALÍ Domenech , (1904. Figueres –Gerona- 1989. Torre Galatea. Enterrado en el Museo Dali de Figueres)..
.

De personalidad enigmática, sorprende por sus planteamientos temáticos e ideológicos un tanto contradictorios, pero es indudable la veracidad de su sentimiento religioso y la hondura teológica de bastantes de sus composiciones. Fue gran admirador de Gaudí, el arquitecto de Dios.

En el 58, Dalí y Gala se casan en la ermita Capilla de los Ángeles. Un acto privado, serio, el acto menos “daliniano” de su vida. Ofició el párroco que había sido de Cadaqués, D. Francisco. Visita sucesivamente a los Papas Pío XII y Juan XXIII (1959) en el Vaticano, mostrándoles algunas de sus obras.

Su biografía con sus excentricidades y grotescas actitudes, su porte extravagante, sus ideas, exóticas en todos los climas, su paradójica personalidad, su declarada paranoia, etc., han sido expuestas en numerosos libros. Él lo sabía y aun hacía gala de ello: “La única diferencia entre un loco y yo, es que yo no estoy loco”. No debía de estarlo tanto.

A lo largo de su vida se movió dentro de todos los movimientos artísticos de cada momento y en todos ellos se distinguió por la calidad de sus obras. Tuvo inicios impresionistas, siguió con experiencias cubistas y se introdujo de lleno en el movimiento surrealista, al que aportó piezas de gran calidad.


espués entró en una fase que podría tildarse de hiperrealista, de cariz clásico, en la que dejó su mejor pintura de tipo religioso.

Lo que nadie le puede discutir es su genialidad como pintor, su trazo dibujístico llevado a la perfección, su dominio de la línea, “el hombre que mide con el metro amarillo” (García Lorca), su sabia distribución y mezcla de los colores.

Dalí, pintor religioso cristiano.

Antes de analizar brevemente su obra conviene advertir que –en general, dentro del mundo del arte- se da en el artista, allende la representación meramente formal, una actitud interna, religiosa, que conecta con valores y sentido trascendente que hace marca en su vida. Marca, quizás invisible para la crítica superficial o interesada, pero que es valor vivido y queda como confesión de auténtica palabra sentida en el alma y reflejada en el lienzo o el poema.

A veces silencian injustamente el nombre o la obra de un autor por haber expresado su palabra religiosa, tal vez la más auténtica. Ni aun en el caso de apostasía, sería leal preterir u ocultar la obra religiosa que estilísticamente corresponde a una época, y que vivencialmente pertenece a la biografía más íntima.

Pero callar la obra religiosa, y especialmente la cristiana, es mutilar gravemente la cultura universal, la manifestación del espíritu y cercenar sangrantemente los horizontes del hombre que ansía el infinito y busca encontrarse con la persona de Dios. Críticos interesados, pretenden sesgar ideológicamente el arte religioso a una nostalgia o concepción de época… Esto ha sucedido con Salvador Dalí.

El tema religioso, en Dalí, ya está presente en los años 40. Estudia la obra de Velázquez y el motivo religioso del Renacimiento y de Occidente. Dalí desarrolló su trabajo religioso–metafísico-místico: Cristos, Vírgenes, motivos eucarísticos

Aquel revolucionario surrealista fue, desde entonces, el autor de grandes pinturas preciosistas de tipo religioso, tratadas con exquisita delicadeza, manifiesta, por ejemplo, en las representaciones de Cristo, donde no se puede ver el rostro del Señor, como sucede en el “Cristo de San Juan de la Cruz, o Cristo de Port Lligat”(1951) donde tampoco aparecen los clavos y demás símbolos de la crucifixión, quedando la figura separada ligeramente de la cruz, encima de un paisaje de rocas de Port Lligat y un fondo totalmente negro. Este mismo año 1951 comentó en su “Manifiesto místico” explicando que si bien Jesucristo tuvo forma humana, por el hecho de ser imperecedero, no se le debe representar como un ser humano torturado.

Anotamos una lista incompleta de sus cuadros de temática religiosa y un breve comentario de algunos.

Cesta de pan: 1926
El Ángelus: 1935, óleo.
Virgen María con el Niño: 1942.
Cristo de El Vallés: 1942.
Virgen de los pájaros: 1943, acuarela.
La resurrección de la carne: 1949-45
La tentación de S. Antonio: 1946
La Anunciación: 1947
Madonna de Port Lligat: 1950
El Cristo de S. Juan de la Cruz: 1951
El Ángel de Port Lligat: 1952
Cristo hipercúbico: 1954
El Sacramento de la Cena: 1955
Santiago el Mayor, Apóstol: 1957
Jesús joven: 1957
Virgen de Guadalupe: 1959, óleo.
Descubrimiento de América: 1959.
Cabeza de Virgen rafaelesca.
Concilio Ecuménico: 1960.
Madonna corpuscular.

En el caso del “Corpus Hypercubus” (1954) la cruz del sacrificio está formada por ocho cubos en disposición tridimensional donde la figura de Cristo presenta la cabeza en escorzo, lo que impide la visión del rostro, mientras el cuerpo, sin apoyar en ningún momento en la cruz, permanece ingrávido en el espacio.

Se trata de un espléndido ejercicio de perspectiva según los exactos procedimientos descritos por Filipo Brunelleschi, Lucca Paccioli, Piero della Francesca, Paolo Ucello o Andra del Castagno. La cruz deja de ser un abominable instrumento de tortura y se convierte en una expresión geométrica de tipo filosófico, de una gran profundidad de simbolismo y trascendencia.

Esta pintura se firmó en 1954 casi tres decenios después de la muerte de Antonio Gaudí, quien es bien seguro que hubiese admirado la interpretación daliniana de la cruz de cuatro brazos, que figuró en lis edificios gaudiniuanos, religiosos o no. Este tipo de cruz, por el hecho de ser tridimensional, abarca todo el espacio y representa la expansión de la verdad de Cristo por todo el Universo. Dalí propugnó una ardiente defensa de Gaudí en la famosa conferencia multitudinaria del Park Güell el 29 de septiembre de 1956, donde pintó la Sagrada Familia con alquitrán sobre una gran lona, defendiendo la continuación de las obras del Templo y el inmenso valor de la arquitectura de Gaudí.

Dalí cierra su etapa mística con una de sus obras más geniales, por los matices de sus colores y geometría: “La Última Cena” (1955), ya contemplada en este libro.

Cristo y los apóstoles permanecen dentro de un dodecaedro pentagonal, poliedro regular que, según los discípulos de Platón, representa la Quinta Esencia, pues dentro de este poliedro se pueden inscribir los demás poliedros regulares, el cubo, el tetraedro, el octaedro y el icosaedro, representación de los cuatro elementos del Universo, la tierra, el fuego, el agua y el aire. Estas representaciones geométricas demuestran un conocimiento no solamente artístico del maestro, sino también científico, pues Dalí estudió los tratados sobre energía nuclear, psicoanálisis de Freud y, especialmente las teorías místico-geométricas de Juan de Herrera a través de su “Tratado del cuerpo cúbico conforme a los principios del arte de Raimundo Lulio”, dopnde unen las ideas místicas medievales con los conceptos geométricos del Renacimiento. Geometría que se expresa igualmente en la arquitectura gótica en su “Santiago de Compostela” (1957) donde la figura rampante del caballo visto desde abajo, presenta al apóstol con una espada en forma de Cristo Crucificado con el fondo del intradós de una bóveda gótica que corresponde a la iglesia de los Jacobinos de Toulouse, bóveda que arranca de un pilar central a la espalda del santo, en un ambiente de cielo y mar de color azul cobalto con las inevitables rocas del Port Lligat.

Con anterioridad, 1946, había pintado “Las tentaciones de San Antonio” con formas surrealistas del caballo y los elefantes de patas delgadas y alargadas hasta el absurdo que proponen un ambiente muy adecuado a las imaginaciones oníricas del santo tentado por el demonio.

Mucho más realista y sobre un fondo de color verdoso, pintó la tela “Assumpta corpuscularia lapislazulina” (1952) donde la figura de la Virgen, con el rostro de Gala, contiene la de Cristo y también un altar con el Crucifijo y dos candelabros.

Más tarde representó el “Concilio Ecuménico”(1960) y “Explosión mística dentro de una catedral. San Pedro del Vaticano” (1960-1964), plenamente a las formas de la religión católica aunque, contemporáneamente persistió en sus figuraciones que nada tenían de religioso, pero su capacidad de abarcar todas las ideas y tendencias le permitió esta diversidad de aspectos. Este pintor que trató tan diversas tendencias demostró una falta total de prejuicios, ausencia de fanatismo y capacidad de captar y plasmar en su obra de arte cuestiones puramente coyunturales y políticas perro, al mismo tiempo, tratar sabiamente sobre principios científicos y religiosos.

El Ángelus: Inspirado en el Ángelus de Millet que tanta importancia tiene para Dalí. Lo llama Reminiscencia arqueológica del Ángelus de Millet. Del cuadro religioso del francés, hace Dalí una estilización escultural de factura modernista. Actitud reverente y hondamente religiosa. Bien podemos llamar recreaciones de Dalí. (A veces, interpolaciones). Percibe la esencia y unción del cuadro y lo recrea magistralmente: Ese es el genio: “cantar siempre el mismo verso, pero con distinta agua”.

El Cristo del Vallés: Marca el inicio de su creación religiosa católica que algunos grupos no le perdonaron nunca. Surrealismo y academicismo. El rostro suficientemente sugerido entre juego de luces y oscuros de nubarrones. La posición y el rostro en actitud tradicional. Corona de espinas y costado sangrando son los elementos más significativos de este Cristo.

La Crucifixión : Es obra capital de la etapa mística de Dalí. Pintado en 1951, el Cristo de San Juan de la Cruz es un acabado ejemplo de su técnica fotorrealista, que aquí expresa más bien la belleza de Cristo, antes que el horror de su muerte. Dalí imaginó al Crucificado sobre el paisaje de Port Lligat. Un Cristo que llegaba al mundo por medio de la belleza y no a través del sufrimiento.

Antes de pintar el suyo, Dalí ya había visto el Cristo de S. Juan de la Cruz, tras su éxtasis, dejó plasmado en un papel en 1568. La inspiración e influencia en el pintor surrealista es evidente.

En el cuadro se adivina un círculo y un triángulo. Los pies ocupan el centro del cuadro. El peso del cuerpo, anatómicamente perfecto, arquea suavemente los brazos. La cabeza hundida en el cuerpo de Cristo, representa el hundimiento de la pasión de Cristo. No hay clavos, no hay sangre. Cristo no es propiamente un crucificado. Es un Cristo bello que se ofrece de forma distinta de la sangrienta crucifixión histórica. La imponencia de este Crucificado hace solemne y tremendamente silenciosa la escena de la cruz que insinúa dar la vuelta sobre el mundo. Cruz y Cristo forman un todo, no clavado violentamente, cruentamente, sino asumido libremente. La misma cruz del cristiano será el propio cuerpo de Cristo encarnado. El mar recibe luz del cuerpo sobre la cruz. Hay un juego de direcciones. Dios se abate sobre el mar, símbolo de vida y universalidad, y el espectador eleva la mirada hacia la Persona que se derrama curvándose sobre el mundo. El paisaje es conjunto perfecto: Port Lligat, la barca amarilla y negra de Dalí; pescadores con indumentaria de otra época faenan en sus labores.

El Cristo de S. Juan y el Hipercúbico: Se puede llegar a cierto misticismo por profundización humana y de belleza. Compenetración de Cristo con el cubo, otra forma de expresar lo perfecto. Etapa “mística” que culmina con su matrimonio canónico con Gala. Se arrima a Rafael, a Murillo.

El Sacramento de la Cena: De factura pictórica impecable. De belleza estética singular. Luz de poniente que inunda de luz la escena. El Verbo hecho carne. Palabra-presencia de Jesús, único rostro visible. El pan partido y el vino sobre el mantel, ya corporal. Coro de impresionante silencio religioso. Intimidad y adoración. Cabezas que se hunden en las manos, ocultas entre las mangas de sus túnicas. Mar, cielo, paisaje, técnica: trasfondo de comunión cósmica.

Virgen de Guadalupe: De rasgos clásicos, modernistas y populares. Esfera y sol coronándola en aureola. Ángeles y orantes en veneración. Dos círculos de rosas flotantes.

Sta. Elena: Port Lligat idealizado.

Rosa Mística: riguroso academicismo flotando. Hacia la rosa mística de la letanía.

El Ángel de Port Lligat: En Port Lligat habita un ángel familiar. Un ángel junto a los pescadores. Un ángel junto a la casa de Dalí. Su Ángel de la Guarda fue grato a Dalí y lo reiteró en sus obras: “Nada me estimula tanto como la idea de un ángel”, dijo al dominico P. Bruno Froissart. Pudo haberle influido E. D’Ors, que profesaba a los ángeles culto, al menos, estético. La iconografía ha dotado al ángel, a veces, de un aspecto andrógino. Los ángeles de Dalí se representan en línea bíblico-eclesiástica.

Virgen de los pájaros: El rostro de la Virgen lo conforman grácilmente unos pájaros con las alas abiertas.

El arte óptico por el que una figura sugiere un contorno o figura diferente.

La figura evoca las Vírgenes renacentistas con el Niño Jesús y S. Juan. Cristo – joya: No hay cruz. Simbolizado por fuego. Momento eterno de amor. Llama de amor viva. Completo abandono. Cristo es la Cruz, la madera no existe. (Texto reelaborado a partir de los escritos de Joan Bassegoda y Nonelle y Donato Jiménez Sanz, sobre fuente de la Revista Abril nº 77, en la red.)
 
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3. La religiosidad en la obra de cuatro vanguardistas españoles.

En la línea de las vanguardias europeas o como independientes, la pintura en España durante el siglo XX cuenta con una producción significativa de carácter religioso cristiano, al menos en cinco de los grandes maestros

 
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3.1.Sorolla

Joaquín SOROLLA , (costumbrismo– realismo).1863 (Valencia) – 1923 (Cercedilla. Madrid).

Impresionista y costumbrista, testigo de la luminosidad de Levante, que fijará por último su residencia en Madrid, tras una estancia detenida en Roma y París (en donde toma contacto con las vanguardias pictóricas).

Obras religiosas destacadas:

Yo soy el pan de la vida.
El entierro de Cristo.
El beso de la reliquia. 1893. Bilbao. Museo de Artes Modernas
Cristo en la cruz.
Estudios sobre Cristo. 1883
Triste herencia. 1899. Museo Sorolla. Madrid.

 
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3.2.Benlliure

José BENLLIURE , (costumbrismo – realismo) 1855 (Valencia) – 1937 (Valencia).

Hermano del escultor Mariano Benlliure. Pintura costumbrista realista; en el tema religioso, tendente a la mística. Estancia determinante en Roma.

Obras religiosas destacadas:

San Vicente Ferrer predicando el juicio final. 1916 (¿). Colegio Escuelas Pías de Valencia
Oyendo Misa. Museo de Bellas Artes de Valencia
Misa en la ermita. Museo de Bellas Artes de Valencia
La adoración. Colección privada.
San Francisco en éxtasis.
 
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3.3.Vázquez Díaz

Daniel VÁZQUEZ DÍAZ , (impresionismo cubista) 1882 (Huelva) – 1969 (Madrid).

Figura central y más influyente de la pintura vanguardista española del XX, se sitúa entre el cubismo y el realismo (neocubismo), con tonos de extraordinaria claridad. Pasa su primera juventud en la zona minera de Río Tinto, siendo testigo de grandes conflictos sociales. Se sitúa después en Sevilla, Madrid y París. Da una interpretación personal y de marcado carácter religioso a la gesta del descubrimiento de América.

Obra religiosa destacada:

Frescos del descubrimiento de América. Salas del Monasterio de la Rábida (Huelva).
Santa Rosa de Lima. 1945
 
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3.4.Zuloaga

Ignacio ZULOAGA , (impresionismo) 1870 (Eibar. Guipuzcoa ) – 1945 (Madrid).

Impresionista con un acento realista y costumbrista y un cierto pesimismo en su pintura de dibujo recio y colorido oscuro. Fascinado por el Greco, Ribera y Goya, recibe también –en París- las influencias de los pintores franceses. Fija su residencia en Segovia.

Obra religiosa principal:

El Cristo de la sangre.
 
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4. Bibliografía de referencia

ANGULO ÍÑIGUEZ, Diego –director-, Historia del Arte. EISA. Madrid 1973. Tomo II. cap. XXVI, Pintura del siglo XX
AZCÁRATE RISTORI, José Mª. Anaya. Madrid 1995. cap. 17: Del impresionismo a las primeras vanguardias. cap. 18: Las artes figurativas desde la Primera Guerra Mundial.
FORESTIER, Silvia, Chagall sueña la Biblia. Ed. Libros del zorro rojo
NÉRET, Gilles, Dali. Taschen. Madrid 2005
SUREDA, Joaquín –DIRector-, Historia del Arte Español. El siglo de los creadores. Vanguardia y tradición en el alba de un milenio. Planeta Lunwerg. Barcelona 2004
SUREDA, J., Summa Pictorica. Historia Universal de la Pintura. Planeta. Barcelona 1999. Tomo X. De las vanguardias a la postmodernidad.
WALTHER, I.- METZGER, R., Marc Chagall 2887-1985. La pintura como poesía. Benebikt Taschen. Ginebra 1987
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