Adelaida ARIZA. Antonio APARISI
Los siglos XIV y XV se va a producir el nacimiento de los nuevos estados en Europa. Ya no son las ciudades el centro único de la vida social. Los artistas adquieren mayor autonomía personal para sus creaciones (aunque estas sigan dependiendo de iglesias, monasterios y palacios). Se mantiene el estilo gótico pero enriqueciéndolo notablemente en las formas y en las técnicas. Es un arte de transición a los nuevos tiempos del humanismo y del renacimiento
A partir del siglo XIV Italia es, sin duda, la cuna y la más abundante fuente del arte religioso cristiano; en particular, su pintura del Quatrocento y del Cinquecento inspira a toda Europa. La exuberancia de escuelas pictóricas, de artistas y de obras desborda al analista.
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al vez en un 80% esa producción es –o intenta ser- estrictamente religiosa.
Este hecho se ofrece a la cristiandad como un impresionante testimonio de fe en la espiritualidad que dimana de los misterios cristianos; aunque discurra con frecuencia al margen de la calidad personal humana y creyente del autor.
Resulta, pues, difícil trazar una síntesis de esa impresionante iconografía. No obstante, parece imprescindible hacerlo si queremos comprender mejor el lugar y el alcance que tienen buena parte de los cuadros contemplados en este libro.
Recorremos –por encima- las tres grandes etapas que jalonan el arte italiano desde finales del siglo XIV hasta muy entrado el XVI, limitándonos a la señalización de autores y obras pictóricas de máxima importancia (que desearíamos –y no podemos- admirar aquí).
Giotto di Bondone (1266-1337) Nace en Vicchio (cerca de Florencia); pastor en su infancia, pinta sobre las piedras. Es el primero que supera las tendencias bizantinas de la pintura (la estilización de las figuras), inspirándose más en la antigüedad románica. Significa un paso decidido hacia el gótico por una renovación y plenitud formal de la obra, casi totalmente religiosa. Puede considerarse como iniciador de la pintura moderna a causa de su dominio de la representación espacial, de la anatomía (en función de la expresividad anímica) y del tratamiento de la luz y del color; añadiendo un carácter intelectual y dramático en la composición.
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xiste cierta duda sobre la autoría de todas las obras que se le atribuyen.
S
u producción principal se realiza en la capilla Scrovegni de Padua y en la iglesia superior de San Francisco en Asís.
El siglo XV italiano (sin abandonar del todo el gótico) entreabre la puerta del arte al esplendor del Renacimiento con una riqueza extraordinaria de aproximaciones a ese momento que constituirá la norma de la pintura occidental hasta que se implante el barroco.
Los artistas de esta época manifiestan una mayor evocación de la antigüedad clásica: observación viva de la naturaleza, armonioso desarrollo de la figura humana (en reposo o en movimiento, apareciendo el escorzo), dominio de la ciencia de la perspectiva, gusto por las líneas refinadas (casi arabescas), policromía rica y alegre (con fondos dorados), gracia decorativa. Continúa –como técnica- el fresco, pero se va a emplear ya con normalidad la tabla, manteniendo la obra su adecuación al marco espacial en donde se sitúa.
La pintura es en este siglo fundamentalmente religiosa (de verdadero signo cristiano), planteada como decoración devocional de grandes iglesias o de oratorios. Hemos seleccionado 13 artistas significativos y –de ellos- 57 obras maestras de notable unción religiosa.
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estacamos cuatro autores de la primera mitad del XV:
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assetta (Stefano di Giovanni di Consolo) (1400-1450), primer artífice de la renovación
pre-renacentista.
Sasaccio (Tomaso di Ser Giovanni di Mone Cassai) (1401-1428) Nace San Giovanni Valdamo y se traslada muy joven a Florencia. Es el primero en aplicar a la pintura las leyes de la perspectiva científica (de Brunelleschi). Se aleja de la sensibilidad del gótico y opta por la monumentalidad de la obra y la gravedad expresiva (la psicología es central en sus figuras) creando una atmósfera sagrada tangible. Su pintura es, pues, realista y viva. Su tarea principal se realiza en la Capilla Brancacci de la iglesia de Santa María in Carmine, en Florencia.
Fra Angélico (Guido di Pietro, o Fray Juan de Fiésole) (1387-1455) Vicchio di Mugello Florencia). Religioso dominico fiel y apostólico, prototipo del artista místico cristiano, de elevada espiritualidad (según Vasari, que le da el nombre de “Angélico”, “nunca levantó el pincel sin decir oración”). Se enraíza en el arte gótico (pintura lineal, fondos de pan de oro…), pero introduce el Renacimiento al desarrollar la ambientación, el paisaje naturalista, la perspectiva lineal y la anatomía a través del ropaje. Su obra principal la realiza en el convento de San Marcos de Florencia, en donde vivió, y en la Capilla del Papa Nicolás del Vaticano.
Fra Filippo Lippi (1406-1469) Prato (Toscana), forzado por su familia a entrar en el cconvento, resultó un religioso muy irregular. Ofrece en sus obras gran originalidad e intensidad del paisaje y del espacio y un sentido a la vez humano y teológico en los temas religiosos que trata, dotándolas de fuerte dramatismo.
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ndrea del Castagno (1421-1457) Castagno (Florencia); seguidor de Giotto y de Masaccio.
Piero della Francesca (Piero Borghese) (1416-1492) Borgo del Santo Sepulcro, Arezzo. Estilo sereno y formas geométricas en relación con la perspectiva y la luz; armoniza la belleza con la precisión científica y la claridad (el tratamiento de la luz) como elementos expresivos y simbólicos, siendo un valor cumbre en esta dirección de la pintura. Pertenece ya al primer Renacimiento.
Doménico Ghirlandaio (1449-1494), Florencia. Maestro de Miguel Ángel. Protagonista del primer Renacimiento en la corte de Lorenzo el Magnífico. Estilo preciso y amable.
Sandro Botticelli (1455-1510), Florencia. Exponente máximo de la gracia lineal en el primer Renacimiento. Cierta melancolía religiosa y dramático expresionismo (influido quizás por Savonarola).
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iero Pollaiolo (1441-1496), Florencia. Con influencia clásica. Gran retratista.
Andrea Mantegna (1431-1506), Isola di Carturo (Padua). De familia campesina humilde (pastor en su infancia). Gran solidez y dureza en el dibujo, con notable armonía de las proporciones y dominio de la perspectiva y el escorzo; imprime un sentido dramático a las figuras, que se monumentalizan al ser vistas de abajo arriba. Recupera la antigüedad clásica.
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acopo Bellini (1400-1470), Venecia. Significa el comienzo del Renacimiento en Venecia. Gran finura y emotividad en las figuras.
Antonello de Messina (1430-1479) Mesina (Sicilia). Introductor de las técnicas pictóricas al óleo en Italia; con influencia flamenca. Gran realismo expresivo, transfigurando al mismo tiempo la composición. Trabaja en Milán.
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arlo Crivelli (1435-1495) Venecia. Renacentista pero con la sensibilidad decorativa del gótico.
La entrada en el siglo XVI trae consigo la plenitud del espíritu renacentista y de su quehacer. En la pintura significa la máxima perfección lograda en todos los componentes de la obra: la proporción anatómica, la belleza de la figura y de su expresividad y el gozo de los sentidos, la armonización del espacio y la perspectiva, el juego de la luz y las sombras, la fuerza y, a la vez, la suavidad del contraste en la policromía, el exuberante marco natural y arquitectónico del cuadro; en una palabra, la exaltación del hombre y del mundo, buscando formas monumentales y sensación de plenitud.
Al mismo tiempo se deja testimonio de la crisis ideológica y del ordenamiento social en la nueva sociedad que nace, lo que afecta sin duda a la temática religiosa y creyente.
El Renacimiento italiano inició la era del Renacimiento, un periodo de grandes logros y cambios culturales en Italia que se extendió desde fines del s. XIV hasta 1600.Constituyendo la transición entre el medievo y la Europa moderna.
La palabra Renacimiento significa que representa el renovado interés del periodo en la cultura de la antigüedad clásica. Estos cambios estuvieron concentrados en las clases altas, y para la gran mayoría de la población la vida cambió poco en relación a la Edad Media. El renacimiento no fue un periodo de grandes cambios sociales o económicos, sino de desarrollo cultural e ideológico. Alcanzó sólo a una pequeña fracción de la población.
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l fin del renacimiento resulta tan impreciso como su inicio.
La literatura y poesía del Renacimiento fue muy influenciada por las ciencias tecnológicas, y la filosofía. Francesco Petrarca, fundador de un nuevo método de estudio, el humanismo renacentista. El humanismo es una filosofía optimista que ve al hombre como un ser sensible y racional, con la habilidad de pensar y decidir por sí mismo. Ésto significó una oposición a la visión de la iglesia católica que representaba al espíritu como única realidad absoluta, luego transformada en una ideología mística. El humanismo ve al hombre como inherentemente bueno por naturaleza, en contraste con la visión cristiana del pecado original que debe ser redimido. Esto provocó un fuerte debate sobre la naturaleza de la realidad y ayudó a la comprensión de la historia más allá de la historia cristiana.
Leonardo da Vinci (1452-1519) Vinci (Florencia). Máximo referente de la pintura renacentista y en gran medida del espíritu científico humanista; figura excepcional, ensombrecida, sin embargo, por la excentricidad en su trayectoria personal. Su producción se realiza sobre todo en Milán, Venecia y Florencia.
Desde el punto de vista religioso sus obras constituyen un reto a la técnica pictórica, pero las más notables (el Cenáculo –Última Cena-, la Adoración de los Magos o las dos versiones de La Virgen de las rocas) y algunas otras menos conocidas adolecen –a nuestro parecer- de falta de claridad interpretativa y de unción creyente y religiosa; por lo que no las seleccionamos en esta presentación.
Miguel Ángel Buonarotti (1475-1564), Caprese. Realizó su obra durante setenta años, especialmente en Florencia y en Roma. Quizás sea el más grande artista de todo el Renacimiento (“El divino”). Energía tremenda en sus imágenes; monumentalidad (no sólo escultórica) y genio del escorzo. Compaginó la belleza y fuerza de sus composiciones con los más hondos sentimientos y la naturalidad clásica. Profundamente religioso desde su concepción humanista del arte.
Rafael de Sanzio (1483-1520), Urbino (Roma), vivió sólo treinta y siete años. Nace y muere el día de Viernes Santo. Sin duda es el artista más claro del Renacimiento italiano. Desarrolla su producción en Roma, pero va de uno a otro centro artístico, recibiendo fuerte influencia florentina. Su pintura (abundante) destaca por la perfección de líneas, la suavidad cromática y la gracia, con una extraordinaria ternura y expresividad religiosa; escaso dramatismo en las composiciones (a excepción de El Pasmo de Sicilia). Es el artista mariano por excelencia en Italia.
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s quizás el creyente cristiano más significativo en este Renacimiento de Italia.
La influencia más evidente que recibe sobre sus primeras obras es la de Pietro Vannucci, el Perugino, uno de los más grandes pintores de la época, que trabajó sobre todo en Perugia y en Florencia.
La primera obra documentada de Rafael fue el retablo Baronci, una pala de altar para la iglesia de San Nicolás de Tolentino, en la Cittá di Castello, entre las cuales destaca Los desposorios de la Virgen.
En 1504 se mudó a Florencia para aprender de las obras de Leonardo da Vinci y de Miguel Angel Buonarroti. Se cree que su obra “La Virgen del jilguero”, fue de éste periodo.
A finales de 1508 se trasladó a Roma, y se puso al servicio del Papa Julio II, el cual le encargó una serie de decoraciones de estancias para el palacio del Vaticano. Allí se encuentra la Escuela de Atenas, una de sus obras maestras.
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osteriormente siguió al servicio de León X, sucesor de Julio II.
Uno de los encargos más importantes que Rafael recibió fue una serie de diez tapices con escenas de la vida de San Pedro y de San Pablo de Tarso, destinados a la Capilla Sixtina.
Rafael fue uno de los dibujantes más grandes y prolíficos de la época: de él sobreviven más de 400 dibujos y muchos otros han sido extraviados en el curso de los siglos.
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l tema más recurrente en la obra de Rafael es aquel de la Virgen con el niño, que es el más común de todo el arte italiano.
Rafael realizó alrededor de 185 obras pintadas, telas y frescos, explicándose tal cifra por la institución renacentista del taller integrado por ayudantes.
Tiziano Vecellio (1490-1576), Pieve di Cadore (Venecia). Es el mejor exponente de la escuela veneciana del Renacimiento (“el sol entre las estrellas”), de estilos variados. Producción muy abundante (182 pinturas, de las cuales 80 son de temática religiosa).
Tintoretto (Jacopo Comín, o Robusti) (1518-1594), Venecia. El último gran pintor del Renacimiento italiano, precursor del barroco. De extraordinaria energía a la hora de pintar. Destaca el dramatismo de su perspectiva y los efectos de la luz, apareciendo ya el tenebrismo. Sobresalen sus pinturas sobre la vida de Jesús y de la Virgen (Scuole Grande di San Rocco, Venecia), aunque tiene dificultad en evitar un cierto tinte erótico en las figuras femeninas.
En las décadas centrales y finales del s. XVI aparece en Italia (pasando después a España) un grupo de pintores muy originales cuyo estilo comienza a denominarse (desde Vasari) manierismo (: a su “maniera”). No hay una definición precisa de este estilo, ni del número de autores que pueden integrarlo. Puede hablarse de una manera peculiar de conjugar el arte de los maestros renacentistas (Miguel Ángel) con un colorido distinto (el de Tiziano, por ejemplo) y con una cierta complejidad de formas (en general estilizadas y complejas, con notables escorzos). Tal vez por esta “manera” de pintar, sus obras expresan mejor el “misterio”.
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estacamos los siguientes autores:
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orenzo Lotto (1480-1556). Nacido en Venecia, pertenece a la escuela veneciana.
Se hizo religioso franciscano.
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ebastiano dei Pombo (Sebastiano Luciani). (1485-1547). Venecia.
Jacopo Carrucci. (1494-1557). Pantormo (Empoli). Desarrolla su arte en Florencia, con gran influencia de Miguel Ángel. Pintura clara y de colores pálidos. Especialmente, en la Capilla Capponi.
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armigianino (Girolamo Francesco Maria Mazzola) (1503-1540). Parma.
Trabaja en Parma y en Roma.
Paolo Cagliari, el Veronés o Veronese (1528-1588). Verona, formado pictóricamente en esta ciudad, desde 1555 trabaja en Venecia y es figura central del manierismo de la escuela veneciana, con notable influencia de Tintoretto y de Tiziano. Su obra se caracteriza por los grandes formatos y composiciones, encuadradas en una fuerte arquitectura clásica. Predomina la temática religiosa, interpretando las escenas evangélicas al modo de las fiestas y de la cultura de Venecia.
A lo largo de esta monografía sobre el Prerrenacimiento y el Renacimiento italianos, siempre con la perspectiva de mostrar a la vez obras maestras de autores en íntima conexión con la fe cristiana (a través de la pintura), hemos presentado sucintamente a veinticuatro artistas con una selección de 169 obras de los mismos; selección que podría, sin duda, ampliarse.
B
ibliografía de referencia.